El Big Ben es considerado como uno de los momentos más importantes y emblemáticos que se encuentran Inglaterra. Lamentablemente, el pasado 21 de agosto de 2017 fue el último día que sus habitantes y turistas tuvieron la oportunidad de escuchar el toque de sus icónicas campanas, ya que dejaría de sonar debido a que sería sometido de manera urgente a trabajos de mantenimiento por causa del asbesto y otros contaminantes que estaban causando la destrucción de la piedra de ese imponente reloj.
Sin embargo, y tras cinco años de arduo trabajo, el próximo 13 de noviembre del presente año, en punto de las 11:00 GTM, habitantes de Inglaterra volverán a consagrarse en las inmediaciones del Parlamento británico con la finalidad de escuchar las emblemáticas campanas del Big Ben, iniciando con el gran sonido de su campana principal que que alcanza las 13,7 toneladas.
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Este será un gran momento, ya que este impresionante reloj volverá a la vida tras emitir los toques de sus cuatro campanas cada cuarto de hora, así como el sonido de su campana principal cada 60 minutos. Así que para conmemorar este hecho histórico, te compartimos algunas de las curiosidades del Big Ben, tras 5 años volverán a sonar sus campanas.
Su nombre oficial no es Big Ben
La emblemática torre que alberga este imponente reloj en realidad se llama Elizabeth Tower, nombre que rendía homenaje a la reina de Inglaterra. Sin embargo, el elemento que recibe el nombre de Big Ben es la principal campana que marca las horas. Este nombramiento se realizó en honor a Sir Benjamin Hall, el Primer Comisionado de Obras de esta nación. También existe la teoría de que fue se puso este nombre Ben Caunt, un campeón de boxeo de peso pesado, según información proporcionada por el sitio oficial del Parlamento británico.
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Su construcción duró 16 años
La construcción del Big Ben inició en 1843, año en el que subió al trono la Reina Victoria, y fue terminado en 1859. Posee un estilo neogótico, diseño que estuvo a cargo de Augustus Pugin. Y fue construido como parte del nuevo Parlamento, ya que la antigua edificación que se encontraba en su lugar, quedó destruida tras un incendio en 1834.
Se utilizan monedas para ajustarlo
Gracias a su gran construcción, el sistema con el que se edificó en 1859 continúa vigente. Lo que más llama la atención es que funciona a través de la gravedad, ya que los ingenieros que estarán a cargo de su cuidado, suben tres veces a la semana con la finalidad de darle cuerda a los cables que están conectados a las pesas que activan los engranajes. Y para poder llevar a cabo esta tarea es necesario colocar peniques en su parte superior para ajustar la velocidad.