Guerrero es un estado fascinante, cuenta con muchos sitios turísticos que son visitados por millones de viajeros nacionales e internacionales, pues sus costas cálidas, son una de las mejores opciones para tener unas vacaciones inolvidables, llenas de buena comida y el mejor ambiente.
Entre los favoritos de este lugar, podemos destacar el puerto de Acapulco, uno de los sitios más famosos a nivel mundial, que resguarda una increíble vida nocturna y playas hermosas, donde podrás encontrar una gran variedad de cosas por hacer, disfrutar de un paseo en lancha, subirte a la banana o degustar unos buenos mariscos a la orilla del mar.
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Sin embargo en esta ocasión, nos dedicaremos a hablar de un destino muy poco explorado donde parece que el tiempo no avanza, un pequeño pueblo llamado Barra de Potosí, que parece ser un destino fuera de este mundo, el cual puedes agregar a tu lista de pendientes por conocer en tur próximas vacaciones o en uno de tus viajes de fin de semana.
Barra de Potosí, un lugar de ensueño
La costa del Pacífico guerrerense cuenta con un lugar donde se forma una barra de arena, que separa su mar de la laguna de Potosí, un sitio donde llegan algunas ballenas para cuidar a sus crías y los bobos azules migran en el invierno para resguardarse del frío. Barra de Potosí toma el nombre de esta barra de arena que separa el mar de la laguna y en ocasiones se fusionan por los caprichos de las lluvias.
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Esta comunidad está conformada por 150 familias y alguno que otro ser solitario que ha llegado hasta aquí, en búsqueda de un sitio tranquilo, alejado del bullicio y las luces citadinas, para encontrarse con un pueblo lleno de casitas coloridas, pintadas con murales de naturaleza en cada una de sus fachadas, a la orilla del mar y junto a su laguna, que lo hacen el más encantador espacio para vivir.
Viajar hasta Barra de Potosí, resulta ser toda una travesía salvaje, pues para llegar hasta el pueblo, deberás caminar entre palmeras y mangos, desde el aeropuerto de Ixtapa Zihuatanejo; un sendero en el que te acompañarás del canto de las aves al amanecer y un fascinante cielo estrellado por las noches, la postal perfecta para una cita romántica o un buen momento de meditación en solitario.
Cada habitante adorna su casita con macetas en sus entradas, llenas de flores en sus portales y algunos pescadores pasan la tarde a bordo de sus embarcaciones o reparando sus redes de trabajo y al caer la tarde, las mujeres y los niños salen a disfrutar de la playa, a caminar bajo el sol o a disfrutar el fresco, mientras se relajan plácidamente en sus sillas, observando como la noche cae sobre ellos.
Barra de Potosí será el lugar indicado para los viajeros que busquen alejarse de los ruidos y sientan la necesidad de una desconexión completa de la vida moderna, pues la señal telefónica es débil, no existen cajeros automáticos, cuenta con un par de lugares para comer y sólo dispone de dos hoteles, en los que podrás pasar una de las tardes más relajadas de toda tu vida.