Hidalgo es uno de los estados de México, que esconde muchos atractivos y bellezas naturales en sus alrededores, una de las regiones más visitadas por los capitalinos, dada su cercanía a la Ciudad de México, pues se encuentra a pocas horas desde aquí, en viajes por carretera, además de que cuenta con grandes atractivos y actividades para todo tipo de viajeros.
Entre sus rincones y sitios más destacados, podemos disfrutar de sus deliciosas aguas termales, su exquisita gastronomía, los diferentes monumentos históricos y recintos religiosos, sus parques naturales, actividades extremas y muchos espacios diseñados para que goces cada uno de los viajes que hagas dentro de Hidalgo.
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Gracias a la riqueza de este lugar, se han descubierto también, algunos sitios naturales que son poco frecuentados por los turistas, pero que te dejan con la boca abierta, pues son considerados como uno de los tesoros de esta región, por la espectacularidad de sus paisajes, tal es el caso de las Minas de Metilatla.
Hidalgo, un estado minero
La historia minera de Hidalgo, comienza a partir de 1552, en la ciudad de Pachuca, cuando Bartolomé de Medina inventó el sistema de amalgamación para el beneficio de los minerales, un sistema que se desarrolló en la hacienda la Purísima Grande y que impulsaría a la minería, como una de las principales actividades económicas de la región.
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La minería es una actividad económica que se distingue por depender de la extracción de recursos no renovables y finitos, por lo que su localización y riquezas, dependen de la existencia de yacimientos minerales, cuya ubicación, tipo y demás características, dependen también de rastros geológicos-tectónicos que definen a cada provincia metalogenética, una de las características principales en las regiones de Hidalgo.
La Presa Minas de Metilatla
La Presa Minas de Metilatla, es una localidad que se ubica en el municipio de Tulancingo de Bravo, perteneciente al estado de Hidalgo, un pueblo fundado por los Olmecas y que además es considerado como uno de los pueblos más antiguos de América Latina. Esta ciudad fue construida en el año 645 antes de Cristo, formando gran parte del imperio de Tula.
Posterior a esto, este lugar fue tomado por algunas tribus Chichimecas, quienes sometieron a los habitantes al poder del Señorío de Alcolhuacán, que tenía su capital en Texcoco, en lo que ahora es el Estado de México, una historia que resguarda un increíble pasado prehispánico, en un pueblo que aún conserva sus tradiciones.
Para poder ubicar al pueblo de La Presa, tienes que considerar que las Minas de Metilatla, se ubican a unos 3.1 kilómetros, en dirección al este, de la localidad de Tulancingo, una región poco poblada que resguarda uno de los tesoros naturales más impresionantes de todo Hidalgo, un espacio no muy visitado por los turistas, pero que podrás conocer en tu siguiente escape de la ciudad y tener una de las mejores postales para cualquiera de tus redes sociales.
Cultura indígena en las Minas de Metilatla
Otro de los atractivos principales de esta localidad, es la conservación de las raíces indígenas de los pobladores, pues la mayoría de los habitantes que rodean este espacio, conservan su lengua indígena como forma de comunicación principal, además de hablar español; una costumbre que se sigue inculcando en los niños y jóvenes.
Además del lenguaje, esta zona es muy característica por conservar sus tradiciones, cultura y costumbres indígenas, haciendo de este espacio, uno de los tesoros escondidos más maravillosos del estado de Hidalgo, pues además de las minas, podrás conocer a la gente local, siempre cálida y amable.