Los trabajos arqueológicos en la zona arqueológica de Chichén Itzá, también considerada como una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno no paran y en esta ocasión, algunos investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) han localizado un elemento que cuenta con una inscripción jeroglífica maya en estos vestigios, a más de 100 años del último hallazgo hecho en la zona.
Se trata de un círculo de piedra que tiene en el borde algunas inscripciones jeroglíficas y en el centro de la misma aparecen algunos dignatarios mayas jugando Pok Ta Pok, el antiguo juego de pelota prehispánico, un importante elemento que podría aportar información relevante en la historia de este sitio, según informó Marco Antonio Santos Ramírez, director de la zona arqueológica.
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¿Cómo son los nuevos jeroglíficos encontrados en Chichén Itzá?
Estos importantes artefactos podrían ser los últimos jeroglíficos que fueron escritos sobre la antigua cultura maya en el Clásico Tardío, un periodo que abarcó del 650 al 900 después de Cristo, muestras inigualables de la escritura clásica maya cesa a partir del año 900 d.C. durante el esplendor de Chichén Itzá. Este disco de piedra mide unos 30 centímetros de circunferencia.
La importancia de este descubrimiento es que en el disco se encuentran grabados acontecimientos importantes que ayudarán a conocer la cultura maya de forma más amplia, ya que contiene algunas fechas, nombres o acciones que dejaron plasmados los antiguos habitantes de este sitio arqueológico tan importante para el estado de Yucatán, según comenta el investigador.
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Gracias al Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), derivado del proyecto Tren Maya, una obra prioritaria dentro del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador que está rindiendo frutos y ha permitido encontrar varios elementos importantes para analizar la forma de vida de nuestros ancestros en todo el sureste mexicano.
¿Qué se ha hecho con este descubrimiento?
El disco que se encontró hace algunas semanas en la Estructura Morley, nombrado así en honor al arqueólogo estadounidense Sulvanus Morley que restauró Chichén Itzá después de la Primera Guerra Mundial está actualmente bajo investigación, al cuidado de epigrafistas como David Stuart que colabora en una universidad estadounidense. Esta pieza nombrada como La Piedra Pérez, en honor a quien la descubrió, el investigador Francisco Pérez, es una pieza clave para descubrir más allá de lo que la civilización maya resguarda en este sitio arqueológico, considerado el más visitado en el país.
La estructura se localiza en la zona conocida como Casa Colorada a unos cuantos metros al sur del famoso Castillo de Kukulkán y guarda en sus espacios, algunas orejeras y glifos sobre piedra que, al juntarlos, reflejan al dios serpiente, un importante descubrimiento que está en manos de expertos para ayudarnos a conocer más sobre el pasado de las culturas que habitaron en nuestro país desde tiempos ancestrales.
Con información de EFE