Cuexcomate es una maravilla natural realmente única, conocida como "el volcán más pequeño del mundo". Se trata de un géiser cuyo nombre proviene del náhuatl cuexcomatl, que significa "almacén" u "olla". Ubicado en Puebla, este "volcán" tiene solo 13 metros de altura, con un cráter de 8 metros de diámetro.
Lo fascinante de Cuexcomate es que cuenta con una estructura de escaleras que permite descender al interior. Aunque a menudo se asocia con un volcán, en realidad es un géiser, una fuente natural hidrotermal que, en el pasado, emitía agua caliente y vapor. ¿Te atreverías a entrar?
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Cuexcomate, llamado "el volcán más pequeño del mundo" es un géiser que actualmente está inactivo, pero su peculiar forma hace que realmente parezca un volcán. Algunos locales lo llaman el "ombligo del diablo". Para visitarlo, debes pagar una entrada de 14 pesos y puedes hacerlo de martes a domingo, de 10 a 18 horas.
Viaje desde la Ciudad de México
La visita incluye subir varias escaleras para admirar el cráter desde arriba y, luego, descender para explorar su interior de agua sulfurosa que podrás admirar desde la estructura de metal. Lo más fascinante, además de la belleza natural del lugar, es que el géiser está rodeado por la actividad urbana típica de cualquier ciudad mexicana. Imagina caminar por tu barrio y, de repente, encontrar un géiser en medio de varias calles. ¿Lo quieres conocer?
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Para conocer este bellísimo e interesante lugar, debes saber que se encuentra en el Zócalo de la Junta Auxiliar La Libertad, en Puebla de Zaragoza, capital del estado de Puebla. Si planeas llegar en transporte público desde la Ciudad de México, es posible hacer este trayecto. La dirección exacta es: Libertad, 72130 Heroica Puebla de Zaragoza.
Toma un autobús a la terminal CAPU de Puebla. Varias empresas realizan este trayecto. Una vez en Puebla, deberás tomar un autobús urbano en dirección a Boulevard Esteban de Antuño. Aproximadamente 13 minutos después, deberás descender en el Ayuntamiento 2 Oriente. El trayecto total te tomará alrededor de 2 horas y media desde la Ciudad de México, pero sin duda valdrá la pena para conocer el volcán más pequeño del mundo.