Si te interesa la astronomía, no es necesario ser un experto ni tener un equipo que cueste cientos o miles de dólares para disfrutar observando fenómenos en el cielo. Desde el inicio de las civilizaciones, observar el cielo ha sido más que un acto de admiración por la belleza y grandeza del universo; también ha servido para crear puntos de referencia útiles en la navegación, orientación y para ofrecer perspectivas sobre nuestro lugar en el cosmos. Además, cada estrella que observas en el cielo seguramente tiene una leyenda o historia detrás.
Lo mismo sucede con las galaxias vecinas a la Vía Láctea, a la que pertenecemos. La galaxia Messier 31, mayormente conocida como Andrómeda, es una galaxia espiral gigante que se encuentra a 2.5 millones de años luz de distancia de la Tierra. Según la NASA, es la galaxia más cercana a la Vía Láctea, por lo que observarla a simple vista es posible cuando se tienen las condiciones adecuadas.
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La galaxia Andrómeda vista desde la Tierra
Observar la inmensidad y el intenso brillo de la galaxia Andrómeda, así como su monumental tamaño, a simple vista bajo cielos oscuros, a pesar de estar a una distancia de 2.5 millones de años luz de la Tierra, es fascinante. En términos de escala, 2.5 años luz significa que viajar a la velocidad de la luz nos llevaría 2.5 millones de años para alcanzarla.
Para encontrar esta galaxia, es útil saber que se encuentra entre dos constelaciones: Casiopea, conocida por su forma en M o W, y Pegaso, nombrada así por su semejanza con el pecho, las patas y la cabeza de este caballo alado de la mitología griega. Existen varias aplicaciones móviles que te pueden ayudar a identificar estrellas, galaxias y constelaciones en el cielo nocturno.
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Es crucial observarla en condiciones de baja luminosidad; las grandes ciudades reflejan tanta luz que dificultan la visión de muchas estrellas en el cielo. Por ello, lo ideal es buscar lugares con poca contaminación lumínica, tener paciencia y, si es posible, utilizar unos binoculares o un telescopio. Sin embargo, con suerte, podrías verla a simple vista, así como las constelaciones vecinas.
Además, es importante intentar observarla durante la luna nueva o en días cercanos a ella, ya que la falta de luz lunar favorece unas condiciones óptimas. Según la NASA, el mes de noviembre es especialmente propicio para observar esta galaxia. Aunque este es el mejor momento, Andrómeda puede ser visible todas las noches del año desde latitudes medias del hemisferio norte, y los meses de agosto a noviembre son particularmente favorables.