Las vacaciones de verano son el pretexto perfecto para dejar atrás la rutina, salir de la ciudad y emprender una aventura que te ofrezca un contacto único y transformador con la naturaleza. Y para eso, nada mejor que el Parque Barrancas, un destino para todas las edades que combina las majestuosas panorámicas de las Barrancas del Cobre –un sobrecogedor sistema de cañones de más de 60 mil kilómetros cuadrados– con una aventura que replica la escala del paisaje.
Ante las deslumbrantes vistas de la Sierra Tarahumara, que aprovechan el encuentro del cielo con la tierra para componer algunas de las instantáneas más características del norte de México, los visitantes podrán completar su itinerario a bordo del legendario tren Chepe con una jornada de adrenalina y contacto con la naturaleza. Ya sea volando a más de 100 kilómetros por hora en el circuito de tirolesas de diferentes longitudes; en la Vía Ferrata de rappel que pone a prueba tu destreza en las rocas; en el bosque aéreo que ofrece un divertido acercamiento a la naturaleza local, o en su icónico teleférico que sobrevuela esta maravilla natural, cada viajero encontrará la actividad perfecta.
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En el Área Infantil, los más pequeños se sumarán a la acción con un rocódromo –como se le llama a las paredes de escalada– de siete metros de altura, un golfito y un Eurobungy, en donde disfrutarán la emoción de lograr grandes alturas; mientras que un paseo sobre su corredor con piso de vidrio que regala vistas vertiginosas de la profunda caída libre que caracteriza a las barrancas.
Además, el Parque Barrancas –que presume certificaciones, como la TUV SUD, y reconocimientos que avalan su compromiso con la sostenibilidad, la seguridad y la satisfacción de sus visitantes– cuenta con una Plaza Comercial habilitada con 43 espacios asignados a artesanos y comerciantes locales, en donde podrás adquirir recuerdos únicos de tu visita a la Sierra Tarahumara, una de las regiones más místicas de México, en donde las comunidades locales han forjado una relación milenaria con el entorno.
Para completar tu visita, el Restaurante Barranco es el lugar perfecto para refrescarte y probar algunas de las delicias locales, como la deshebrada serrana, el asado de puerco, el guisado de abigeo, un platillo emblemático que combina carne seca con el tradicional chile colorado, o las enchiladas de chile pasado, servidas con cantidades abundantes de queso chihuahuense, y comprobar desde su mirador que, muchas veces, el maridaje perfecto lo brinda el paisaje.