Japón es uno de los destinos más visitados a nivel mundial gracias a las increíbles bellezas naturales y arquitectónicas, además de a la cultura milenaria que muchos desean conocer, por lo que el turismo masivo se ha vuelto un arma de doble filo, pues si bien es cierto que la llegada de viajeros internacionales deja una importante derrama económica, también se ha convertido en un factor que pone en riesgo ciertos aspectos del país.
Y es que de acuerdo a las cifras oficiales dadas por el gobierno japonés el primer semestre de 2024 se registraron alrededor de 18 millones de turistas, lo que prevé que se rompa el récord de visitas anuales de 2019 que fue de 32 millones de turistas, lo que ha traído diversas consecuencias que incluso han llevado a restringir el acceso al monte Fuji, la montaña más alta y bella del país, debido a que el turismo masivo provocaba daños y desechos en la zona.
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Restaurantes diferencian entre turistas y habitantes a la hora de cobrar la cuenta
Ahora, los establecimientos de alimentos han planeado establecer una estrategia de diferenciar entre habitantes y visitantes extranjeros, esto con el argumento de ‘que le resulta más difícil atender a los turistas por la diferencia de lenguaje’ por lo que otorgan un descuento de alrededor de 1000 yenes a los residentes del país, mientras que a los extranjeros se les cobra íntegro la cantidad de su consumo.
Esta medida de diferenciar en los cobros a habitantes y visitantes internacionales fue promovida por autoridades turísticas de Hokkaido, quienes afirman que una tarifa diferenciada puede ser una forma eficaz de evitar los daños que ha traído el turismo masivo desde que se dejó atrás la contingencia sanitaria del covid-19 y se restableció el turismo de manera habitual en Japón.
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Otras medidas que pueden tomarse con respecto a la llegada masiva de turistas al país del sol naciente son el cobrar seis veces más la entrada a turistas al castillo de Himeji, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, iniciativa que propuso el alcalde de esa prefectura y que de ser aprobada entraría en vigor en los próximos meses.
Recordemos que entre las primeras restricciones frente al turismo masivo que tomaron las autoridades japonesas fueron aplicar tasas turísticas, imponer topes a los visitantes e incluso a prohibir la venta de alcohol en un intento de frenar los efectos de un exceso de turismo, todo con el objetivo de detener los daños y perjuicios la llegada de millones de turistas al año traen a todos los atractivos de Japón.