“¡Ay, mis hijos!” Si le preguntas a alguien que haya crecido en el México actual, seguramente te dirá que esta es la frase que evoca la leyenda de La Llorona, una mujer que llora por la pérdida de sus hijos y vaga por las noches en busca de ellos o lamentando su trágica muerte.
Tanto la leyenda como la canción de La Llorona tienen un origen impreciso, y no se sabe con certeza si están relacionadas. En México, octubre y noviembre son meses repletos de festividades, celebraciones, leyendas y tradiciones en torno al Día de Muertos. Durante estas fechas, la leyenda de La Llorona resurge con fuerza; en la Ciudad de México, por ejemplo, esto se puede apreciar en la famosa representación que se lleva a cabo en la laguna de Tlilac, un espectáculo que combina teatro, música y danza.
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La leyenda de la llorona en México
Aunque el origen exacto de la leyenda de La Llorona, como suele suceder con las leyendas folclóricas, es impreciso, se sabe que la primera vez que se registró por escrito fue en el siglo XVI en los textos de Bernardino de Sahagún, un misionero franciscano reconocido por su obra Historia general de las cosas de la Nueva España. En ella, narra la leyenda de Chocacíhuatl, que describe un presagio entre los mexicas sobre la llegada de hombres del oriente que someterían a su pueblo.
La leyenda menciona a una mujer que flotaba entre lagos y ríos, llorando y hablando de sus hijos, que simbolizan a los mexicas en su conjunto, ya que era consciente de lo que les esperaba. Esa mujer era la diosa Cihuacóatl, madre de los mexicas, quien tenía la capacidad de predecir las batallas y sus desenlaces.
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La figura de La Llorona también se relaciona con Malintzin, conocida popularmente como "La Malinche" y a menudo llamada "la traidora". Según la versión más extendida, Malintzin fue entregada como tributo a Hernán Cortés y, posteriormente, se convirtió en su traductora, consejera y amante. Ella tuvo un hijo con Cortés, pero el conquistador español no le permitió criarlo. Por esta razón, Malintzin, quien nunca volvió a ver a su hijo, lloraba su pérdida.
La leyenda de La Llorona, que se ha difundido por el mundo hispanohablante y ha traspasado fronteras lingüísticas y geográficas, ha dado lugar a numerosas producciones audiovisuales, libros y más. Esta versión, que combina diversas influencias, adopta un enfoque gótico y de terror, narrando la historia de una mujer que, tras la partida de su esposo, ahogó a sus hijos en el río y luego perdió la cordura. Desde entonces, su espíritu vaga eternamente, llorando por sus hijos con el famoso “¡Ay, mis hijos!”.