Las extensiones aparentemente infinitas de desiertos rojos se abren en todas las direcciones, como si aquí –en una de las coordenadas más remotas de la Tierra– el mundo aún no hubiera terminado de nacer. En el Outback australiano, el tiempo se mide en millones de años, las rocas ejercen un dominio absoluto sobre el horizonte y sus vistas panorámicas, y la tierra resplandece con los tonos escarlatas, cobrizos y carmesí de la naturaleza viva.
Casa de milenarias culturas aborígenes, luminosas noches estrelladas, legendarias vías de tren que durante siglos le han hecho frente al desierto y el icónico monolito Uluru que se eleva 348 metros sobre el nivel del mar convierten a este desierto no sólo en el corazón geológico de Australia, sino en un ejemplo perfecto de su riqueza natural intacta y un símbolo de orgullo para todos los habitantes de la isla.
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Con 7,741 millones de kilómetros cuadrados, Australia es el sexto país más extenso y la isla más grande del mundo. En el país los viajeros encontrarán una exuberante selva tropical, espectaculares cadenas montañosas y, por supuesto, los famosos desiertos rojos que visten su interior. En la costa, sus grandes ciudades son el punto de partida perfecto para emprender una larga aventura que combina aventura, cultura, historia y paisajes naturales en libertad.