Si te gustan los sitios arqueológicos y ya te sabes de memoria los más populares, entonces es buen momento para mirar hacia lugares menos concurridos. En México existen más de 190 zonas abiertas al público, repartidas por todo el país, pero la mayoría de las personas termina visitando siempre las mismas.
No está mal, Chichén Itzá y Teotihuacan son impresionantes, pero también hay muchos otros destinos con historias igual de potentes y que son perfectos para una ESCAPADA arqueológica. Hoy vamos a contarte sobre un destino en Hidalgo, no tan conocido, pero que no puedes no conocer si te gustan este tipo de lugares.
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Se trata de Huapalcalco, un lugar al que puedes llegar sin gastar mucho y usando transporte público desde la CDMX. Esta zona arqueológica se encuentra en Tulancingo de Bravo y tiene un nombre que viene del náhuatl: “lugar de la casa de madera”. Aunque hoy ves estructuras de piedra, el nombre hace referencia a una forma temprana de construcción que pudo haber existido en este punto.
Uno de los datos que más sorprende es que en Huapalcalco se hallaron pinturas rupestres de unos trece mil años, es decir miles de años antes de que florecieran culturas como la teotihuacana o la tolteca. Por eso se le considera el sitio más antiguo de Hidalgo y uno de los más viejos de América. También es conocido porque en sus relatos aparece Quetzalcóatl, con referencias a su estancia en este lugar.
Consejos para visitar la zona arqueológica de Huapalcalco
Para visitarlo por tu cuenta, puedes llegar desde Pachuca en carro tomando la carretera federal 130 rumbo a Tulancingo y luego desviarte hacia el norte siguiendo la señal hacia Huapalcalco. Sin embargo, la opción más práctica para quienes vienen desde la CDMX es el transporte público.
Para ir en transporte público desde la CDMX, en la Central del Norte o la TAPO salen autobuses directos a Tulancingo con Futura, Conexión u otras líneas que tardan alrededor de dos horas y media. Una vez en Tulancingo, solo hay que tomar un colectivo hacia Huapalcalco, luego otro de Huapalcalco a Napateco y, finalmente, caminar un poco hasta la entrada.
La zona abre de lunes a domingo de 9:00 a 17:00, tiene acceso gratuito y hay personal del INAH en el sitio. Puedes explorar, observar los acantilados que rodean el valle y caminar por espacios que guardan miles de años de historia. Este rincón hidalguense te va a dejar con ganas de volver.
En la zona verás una pirámide de tres cuerpos con ocho metros de altura y doce metros de base que muestra una clara conexión con la arquitectura teotihuacana. A un costado, hay un altar que pudo haberse usado para depósitos ceremoniales. Este punto suele llamar la atención porque tienen tanto estructuras del periodo Epiclásico como elementos más tempranos. Además, todavía quedan montículos por estudiar, así que lo que conocemos es solo una parte de su historia total.
La historia de Huapalcalco y qué visitar
Las cuevas también forman parte del recorrido y ahí se encontraron objetos de enorme relevancia, como una punta Clovis y vestigios precerámicos. Estos hallazgos ayudan a entender cómo era la vida antes del sedentarismo. Las pinturas rupestres del Huiztle y la mesa de Huapalcalco son especialmente curiosas porque se parecen a otras descubiertas en lugares tan distantes como Namibia. Esto hace pensar en cómo distintas comunidades humanas, separadas por océanos, creaban representaciones similares de su día a día.
A lo largo de los siglos, Huapalcalco tuvo varias etapas de ocupación. Durante el Clásico Temprano se levantaron las primeras edificaciones complejas y en el Epiclásico alcanzó su periodo más próspero. Más tarde, ya en épocas tardías, hubo presencia de materiales vinculados a la cuenca de México. También se han encontrado yugos totonacos y artefactos de obsidiana procedente de El Pizarrín, lo que indica que este punto funcionó como un enlace comercial importante entre distintas regiones.
A pesar de su relevancia histórica, el sitio apenas ha sido explorado. La mayor parte de las estructuras están cubiertas por tierra y vegetación, esperando estudios más profundos. Cerca de los vestigios está la comunidad actual de Huapalcalco. Además, en ciertas fechas hay actividades culturales, desde rituales hasta celebraciones del equinoccio de primavera.