México tiene rarezas que sorprenden incluso a quienes creen conocerlo bien. Aquí cayó el meteorito que cambió la historia del planeta, se domesticó el maíz que alimentó a pueblos enteros y existen especies que no viven en ningún otro sitio. A esa lista se suma una experiencia poco común: un museo que no se recorre caminando, sino nadando. Sí, bajo el mar existe un espacio dedicado al arte que solo puedes conocer si te animas a entrar al agua.
El Museo Subacuático de Arte, conocido como MUSA, no funciona como un museo tradicional. No hay paredes ni vitrinas, y tampoco boletos en taquilla. Las esculturas están sumergidas en el Caribe mexicano y se observan con snorkel, buceo o desde un barco con fondo de cristal.
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Este museo se localiza entre Cancún, Isla Mujeres y Punta Nizuc, dentro de un parque marino protegido. Fue fundado en 2009 por Jaime González Cano, Roberto Díaz Abraham y el artista británico Jason deCaires Taylor. La inauguración oficial ocurrió en 2010 y, desde entonces, el proyecto llamó la atención a nivel internacional por su tamaño y por la idea detrás de él.
Una de las razones por las que MUSA existe es para reducir la presión sobre los arrecifes naturales. Cada año, cientos de miles de personas visitan esta zona del Caribe, y eso afecta seriamente a los corales. Las esculturas funcionan como arrecifes artificiales y desvían parte de ese flujo de visitantes, mientras la vida marina encuentra nuevos espacios donde crecer.
Así son las esculturas subacuáticas del MUSA
Las piezas no permanecen iguales con el paso del tiempo. El concreto marino con el que fueron creadas tiene un pH neutro que permite que algas, corales y pequeños organismos se adhieran a la superficie. Así, las figuras humanas se transforman poco a poco, cambian de textura, de color y de forma.
El museo se divide en varias galerías subacuáticas, como Manchones, Punta Nizuc y Punta Sam. Algunas se encuentran a poca profundidad y pueden visitarse con snorkel, mientras que otras requieren equipo de buceo. Dependiendo del punto, la experiencia varía: a veces estás muy cerca de las esculturas y en otras las ves a cierta distancia, rodeadas de peces.
Jason deCaires Taylor es el autor de la mayoría de las obras y una figura súper importante en el arte subacuático a nivel mundial. Su trabajo se centra en la relación entre el ser humano y el entorno marino. En MUSA hay cientos de esculturas de tamaño real que representan escenas cotidianas, personajes inmóviles y figuras que parecen observarte desde el fondo del mar.
Además del artista británico, también participan creadores mexicanos y de otros países. Karen Salinas, Rodrigo Quiñones, Salvador Quiroz y el propio Roberto Díaz han aportado piezas que amplían la narrativa del museo. Con el paso de los años se sumaron nuevas obras, lo que hace que el espacio siga cambiando y creciendo bajo el agua.
La forma de observar las esculturas cambia, ya que además de verlas en sí mismas, debes notar cómo el mar interactúa con ellas y cómo tú mismo te integras al paisaje. Es una experiencia distinta, directa y difícil de comparar con cualquier otro museo en México.
Consejos para la visita al MUSA
- Reservar el tour con anticipación
- Verificar si necesitas certificación de buceo
- Usar bloqueador solar biodegradable
- Escuchar las indicaciones del guía
- No tocar las esculturas ni la fauna
- Elegir snorkel o buceo según tu experiencia
- Llevar cámara acuática
- Revisar el clima antes de salir
- Llegar puntual al punto de salida