Las tradiciones mexicanas están llenas de símbolos e iconos que forman mensajes visuales bellos. Al igual que el cempasúchil marca el Día de Muertos, la época de diciembre tiene sus propias señales. La más evidente es cuando el rojo inunda calles y mercados, anunciando la fiesta. Es difícil concebir estas fechas sin la flor de Nochebuena, que decora cada casa. Aunque se cultiva en varios estados, Morelos sobresale por su producción, haciendo muy fácil encontrar macetas bonitas y a buen precio.
Antes de pasar a los municipios más prácticos para que consigas tus Nochebuenas, va un poco de contexto para que entiendas por qué esta flor es tan importante. Su origen se remonta a comunidades del centro del país y a prácticas muy antiguas donde ya tenía un papel significativo. Con el tiempo, se integró a festividades decembrinas y fue adoptando un simbolismo especial que la llevó a convertirse en parte esencial del ambiente festivo en México.
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Su salto al mundo ocurrió en el siglo XIX cuando un diplomático estadounidense la llevó a Filadelfia. Desde ahí comenzó su expansión hasta llegar a invernaderos de California, donde tomó el nombre de Poinsettia. Aunque muchos creen que sus pétalos son rojos, en realidad se trata de brácteas que cambian de color al final del año para atraer polinizadores. En estado silvestre puede crecer varios metros y se desarrolla bien bajo sombra ligera.
Hoy la encuentras en distintos colores, desde rojo profundo hasta tonos crema y rosados. Sus variedades viajan por Europa y Estados Unidos, pero también por México, que sigue siendo uno de los grandes productores. Todo esto hace que diciembre se vuelva una especie de peregrinación a viveros y tianguis, especialmente en Morelos, donde la producción es amplia y muy accesible. Así que si quieres decorar tu casa, esta ruta te va a fascinar.
Los 5 mejores municipios de Morelos para comprar Nochebuenas
En esta guía reunimos cinco municipios perfectos para comprar tus plantas. Puedes combinar la compra con paseos, comida rica, caminatas o incluso una ESCAPADA a balnearios. Aquí van los destinos más prácticos para quienes quieren ir directo a lo bueno.
Cuautla
Es un gran punto de partida porque tiene viveros por toda la zona que conectan con Oaxtepec e Izúcar. Aunque Oaxtepec pertenece a Yautepec, queda a unos minutos, así que el recorrido inicia aquí. Después de elegir tus plantas puedes caminar por el centro histórico, hacer una pausa en La Alameda o darte una vuelta por balnearios como El Almeal o Agua Hedionda. Cuando revises una maceta, observa que sus brácteas estén firmes y con un color parejo.
Jiutepec
Entre Civac y el centro hay un corredor de viveros perfecto para encontrar plantas de distintos tamaños sin precios inflados. Después de elegir las tuyas puedes caminar hacia los jardines públicos o visitar la Parroquia y Ex Convento de Santiago Apóstol, donde suelen montarse actividades previas a las fiestas. Para que tu compra dure más tiempo, revisa que el sustrato esté húmedo sin llegar a estar empapado.
Tepoztlán
El tianguis y los viveros en los accesos al valle son una parada segura para conseguir plantas frescas. En este Pueblo Mágico, puedes subir al Tepozteco temprano, recorrer el mercado artesanal y dejar la compra para el final del día, cuando los vendedores ya tienen listas las macetas recién acomodadas. Antes de pagar, revisa que no haya manchas cafés en las hojas y asegúrate de que el tallo principal esté firme.
Tlayacapan
Los viveros familiares en las orillas del Pueblo Mágico suelen tener promociones durante diciembre y permiten ver las plantas justo donde crecen. Puedes complementar el día con una visita al Templo y Ex Convento de San Juan Bautista o recorrer algunas capillas de barrio. Para elegir bien, pregunta por la fecha aproximada de producción, ya que las más recientes suelen durar más tiempo una vez que las lleves a casa.
Yautepec
La zona de Paraíso, Cocoyoc y el camino hacia Oaxtepec concentra una buena variedad de viveros con opciones de diferentes tamaños y colores. Después de escoger tus plantas, puedes dar una vuelta por el zócalo, probar un helado artesanal o visitar restaurantes que ya empiezan a decorar desde noviembre. Al comprar, pide que te expliquen qué tanta luz necesita la variedad que elegiste para que se mantenga viva y bonita durante toda la temporada.