Para muchas parejas, salir de viaje no sólo se trata de conocer un lugar nuevo o pasar un tiempo juntos: desde el momento de elegir un destino, y acordar un presupuesto, hasta las memorias que se publican en redes sociales, emprender una aventura de varios días y lejos de nuestra rutina y zona de confort es también una síntesis de las virtudes y los retos de la relación: las tomas decisiones, la capacidad de superar desafíos y, por supuesto, la experiencia de compartir momentos inolvidables.
Sabemos que las playas tropicales, las cabañas aisladas y las grandes ciudades del mundo suelen ser algunos de los destinos más populares para una escapada romántica; pero también estamos seguros de que cada pareja es diferente y que cada viaje compartido es una oportunidad única de reclamar una nueva parte del mundo como “nuestra”. Por eso, este año queremos aprovechar el Día de San Valentín, para empezar a soñar con nuestro siguiente viaje en pareja, que se aleje de los caminos más transitados en búsqueda de un destino verdaderamente nuestro.
Te podría interesar
Guanajuato
La facilidad que tienen las calles de Guanajuato para confundir la historia con la fantasía –o la realidad con la ilusión– han convertido a la ciudad en uno de los destinos románticos por excelencia en México. Su encanto colonial, anclado en edificios públicos minuciosamente conservados; parques en donde los habitantes parecen caminar con el ritmo de otros siglos, y las vistas panorámicas de una localidad enclavada en las montañas que resplandece con el legendario brillo de sus minas es el escenario brinda todos los elementos necesarios para que los viajeros escriban su propia historia de amor.
Uruguay
La nación sudamericana –que usualmente aparece en los listados de los países más felices y pacíficos en el continente– conjuga algunos de los destinos de playa más “cool” en el región, como Punta del Este (que ha sido llamado el “Mónaco del Sur”), con la dinámica ciudad de Montevideo, y una colección de viñedos de familia operados bajo las mismas directrices hedonistas que caracterizan al resto de una famosa cultura gastronómica que pasa de las vides a los cortes de carne, y de la riqueza de sus campos a los ingredientes del mar.
Lituania
Entre impresionantes edificios barrocos, como la Catedral de Vilna; museos que recuerdan la compleja historia del país y palacios que presumen su exuberante entendimiento de la buena vida, Lituania se está consolidando rápidamente como uno de los destinos más atractivos entre los países bálticos. Este año, además, la ciudad de Vilna fue nombrada una de las capitales verdes de Europa, detonando una serie de programas e iniciativas dedicadas a apuntalar sus iniciativas en materia de sostenibilidad, y fortaleciendo sus vínculos con los espacios verdes que la envuelven.
Marruecos
En Marruecos, los viajes en pareja combinan la impresionante arquitectura de ciudades como Fez y Marrakech, con los dramáticos atardeceres rojos del desierto. El balance entre ambos impulsos –el de las grandes ciudades y el de la naturaleza inagotable– requiere una delicada planeación que conjugue la abrumadora sucesión de estímulos que nos da la bienvenida al país. Ya sea extraviadas en los laberínticos bazares o perfectamente ubicadas bajo el estrellado cielo nocturno del desierto, aquí las parejas encontrarán los términos para trazar su propia aventura.