El término brutalismo ha cobrado relevancia en redes sociales, medios y conversaciones recientes, en gran parte por la película El Brutalista, nominada en varias categorías de la 97.ª edición de los Premios Óscar. Este estilo arquitectónico, que tuvo su auge entre las décadas de 1950 y 1970, forma parte la arquitectura moderna.
El brutalismo se distingue por su apariencia cruda y monumental. Su nombre proviene del término francés béton brut, que significa "hormigón crudo", reflejando la esencia del estilo: estructuras imponentes sin revestimientos ni adornos. ¿Conocías de este estilo?
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Se caracteriza por exponer los materiales de construcción, emplear texturas ásperas y presentar tonos predominantemente grises. Sus formas suelen ser geométricas, repetitivas y robustas, con el hormigón como protagonista, acompañado en ocasiones por vidrio y acero. Sus fachadas carecen de ornamentación y priorizan la funcionalidad, lo que ha generado opiniones divididas.
A pesar de la polémica que lo rodea, este estilo ha dejado una huella importante en el paisaje urbano de diversas ciudades. México cuenta con notables ejemplos de arquitectura brutalista, algunos de los cuales se han convertido en referentes culturales y arquitectónicos. A continuación, te presentamos tres impresionantes edificaciones brutalistas que puedes visitar en el país.
Brutalismo en México
En México, el brutalismo tuvo un impacto significativo, dando lugar a múltiples ejemplos arquitectónicos. Sin embargo, este estilo adquirió un carácter propio al integrar elementos culturales, artísticos y tradicionales. Como resultado, surgieron edificaciones singulares que combinan la monumentalidad del brutalismo con detalles que reflejan la identidad y riqueza estética del país.
1. Auditorio Nacional
Este imponente centro cultural es una de las expresiones más representativas del brutalismo en México. También es uno de los recintos más importantes para espectáculos, donde han actuado músicos de diversas partes del mundo. Ubicado sobre la avenida Paseo de la Reforma, su diseño sobresale con fuerza entre los edificios que lo rodean. Su construcción estuvo a cargo de tres reconocidos arquitectos, entre ellos Fernando Parra, mientras que su remodelación fue liderada por Teodoro González de León y Abraham Zabludovsky.
2. Casa Taller de Agustín Hernández
Esta construcción refleja la fusión entre el brutalismo y las influencias prehispánicas, además de ser uno de los edificios más llamativos del país. Su diseño, inspirado en las palapas de Acapulco, tiene una estructura ancha que parece flotar a 40 metros de altura. Creado en 1975, este proyecto es una muestra excepcional de innovación arquitectónica.
3. Museo Rufino Tamayo
En el vasto y apreciado Bosque de Chapultepec, este museo dedicado a Rufino Tamayo fue diseñado por los arquitectos Abraham Zabludovsky y Teodoro González de León, quienes también participaron en la remodelación del Auditorio Nacional. Su diseño tomó inspiración en la arquitectura mesoamericana, integrando elementos geométricos y un uso imponente del concreto. El proyecto comenzó en 1972, pero la construcción concluyó hasta 1979, dando forma a un espacio que armoniza con su entorno y rinde homenaje tanto al arte como a la tradición arquitectónica de México.