Si estás por cruzar el charco rumbo a Europa, hay algo que deberías tener tan presente como tu pasaporte: el seguro de viaje. Aunque a muchos les parece un gasto extra que puede evitarse, lo cierto es que no llevar uno puede salirte mucho más caro. Nadie planea enfermarse, perder su equipaje o tener que volver corriendo por una emergencia familiar, pero cuando pasa, más vale estar preparado. No tener seguro puede transformar un viaje soñado en un dolor de cabeza.
Primero hay que aclarar un punto importante: no, no te van a dejar en la frontera por no tener seguro. Pero sí hay países del espacio Schengen que pueden pedírtelo como parte de los requisitos migratorios, sobre todo si tramitas una visa. Además, aunque no sea obligatorio en todos los casos, no es la mejor idea aventarse a un viaje largo sin pensar en imprevistos.
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En el tema relacionado a la salud, hay una creencia común de que como Europa tiene buenos sistemas médicos, uno puede ir tranquilo. Pero en la mayoría de los países europeos, si no eres residente, los costos por una simple consulta pueden alcanzar cifras muy altas.
¿Qué tener en cuenta para contratar un seguro de viaje?
En entrevista con la experta Georgina Alvarado, asesora de ventas de La Casa del Viaje, nos contó que muchos viajeros se confían con frases como “yo nunca me enfermo” o “voy solo una semana”. Pero las emergencias no avisan. Un buen seguro cubre desde fracturas hasta asistencia legal, atención odontológica, pérdidas de equipaje, o incluso ayuda para regresar antes por el fallecimiento de un familiar. Además, muchos servicios están disponibles en español y por videollamada, lo cual puede ser un alivio si no hablas ni una palabra del idioma local.
Georgina también relató una anécdota que deja claro el punto: en un crucero por Europa con 80 personas, varios decidieron no contratar seguro. Tres terminaron enfermos y tuvieron que pagar más de 150 dólares solo por la consulta, sin contar los medicamentos. En cambio, quienes sí llevaban seguro pudieron resolver sus problemas sin gastar un peso extra. Algunos incluso recibieron apoyo para adelantar su vuelo por una emergencia familiar. El contraste es impactante.
Respecto al precio, Georgina comentó que hay opciones bastante accesibles. Desde planes básicos de 100 dólares hasta coberturas más amplias, incluso menos si eres estudiante. No necesitas dejar el sueldo entero para estar cubierto. Y, sinceramente, ese gasto puede salvarte de uno mucho mayor.
Si estás a punto de armar tus maletas para Europa, considera seriamente contratar un seguro. Es de esas cosas que uno espera no tener que usar, pero cuando lo necesitas, te das cuenta de que fue una de las mejores decisiones del viaje. Porque viajar tranquilo, con un plan B en el bolsillo, hace toda la diferencia.