A orillas del océano Pacífico, resguardado por las sierras oaxaqueñas y el vaivén constante del mar, se ubica San Agustinillo, un rincón encantador que ha cautivado a quienes desean algo más profundo que solo arena y sol. Con una presencia turística mucho menor que la de las populares Mazunte y Zipolite, este sitio mantiene su alma de pueblo costero, su ritmo pausado y su vínculo íntimo con el entorno natural.
En este lugar, el tiempo parece detenerse. Es habitual recorrer la playa descalzo al amanecer, oír el murmullo de las aves mientras se saborea una infusión caliente, o simplemente dejarse llevar por la cadencia marina. No obstante, hay algo aún más asombroso que lo hace único: este destino brinda una de las vivencias ecológicas más emocionantes que ofrece México.
Desde julio hasta diciembre, numerosas tortugas marinas emergen del agua para depositar sus huevos en la arena, ofreciendo un espectáculo conmovedor que puede apreciarse tanto desde la costa como en excursiones guiadas por habitantes del lugar. Además, si el día comienza temprano, es posible observar no solo tortugas, sino también delfines y en ocasiones, majestuosas ballenas durante su travesía.
El litoral se divide en dos zonas; una apacible, protegida por piedras que calman el oleaje, ideal para nadar con seguridad; y otra con corrientes más intensas, frecuentada por amantes del surf y quienes buscan adrenalina en contacto directo con el océano.
Una experiencia cercana y auténtica
Lo que vuelve único a San Agustinillo no es únicamente su entorno privilegiado, sino también la amabilidad de quienes habitan allí. En este lugar, los trabajadores del mar organizan recorridos en bote al salir el sol, ofrecen mariscos recién capturados, e incluso comparten enseñanzas con los viajeros sobre la relevancia de cuidar a las tortugas. Si el destino acompaña, tendrás la oportunidad de soltar crías de tortuga hacia las olas, una vivencia inolvidable tanto para niños como para adultos.
También es posible encontrar alojamientos que van desde refugios rústicos frente al océano hasta estancias más equipadas, todas con conciencia ecológica. Al caer la noche, el firmamento se cubre de estrellas y el vaivén de las olas se transforma en una melodía perfecta para dormir profundamente.
Cómo llegar y cuándo ir
San Agustinillo se encuentra entre los pueblos costeros de Mazunte y Zipolite, a únicamente 33 km del aeropuerto de Huatulco o a unos 90 minutos en auto desde Puerto Escondido. El acceso es sencillo, ya sea en transporte público, camionetas compartidas o vehículos de alquiler, dependiendo de dónde comiences el trayecto. La temporada más recomendada para visitarlo va de julio a diciembre, si deseas ver el espectáculo natural de las tortugas marinas, aunque su ambiente cálido lo hace encantador en cualquier mes.
Si estás buscando un rincón frente al océano donde todo parezca ir más lento, donde los quelonios caminen cerca de tus pies y las olas acaricien la orilla con suavidad, entonces este sitio es para ti. Pero mantenlo en secreto porque aún es un destino poco descubierto.