San Agustinillo está justo al lado de Mazunte, sin embargo sigue siendo un destino casi secreto. Si estás buscando un lugar donde dormir sin el escándalo de las fiestas hasta la madrugada, pero sin estar totalmente aislado del movimiento, este rinconcito es para ti. Allí puedes disfrutar del mar y caminar por la playa sin esquivar turistas a cada paso. Está a solo 10 minutos a pie de Mazunte, así que puedes moverte entre ambos lugares.
La playa tiene forma de media luna, como si abrazara suavemente a quienes llegan con ganas de desconectarse. Entre las palmeras y las casitas bajas, uno se siente lejos del caos. Las olas, aunque presentes, no son tan intensas como en otras playas de la zona, por lo que puedes meterte al agua sin miedo. Y si te dan ganas de aprender surf o simplemente flotar sin ser arrastrado por la corriente, este es un buen punto de partida.
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¿Quieres hacer algo o prefieres no mover ni un dedo? Las dos opciones están bien. Hay clases de yoga, surf, paseos en lancha o caminatas a otras playas cercanas. Pero también puedes quedarte tirado en la arena, escuchando el mar y pidiendo una michelada cada tanto. Eso también vale como actividad. Además, hay hospedajes para todos los estilos: desde hostales económicos hasta casitas frente al mar donde el único sonido que te despierta es el de las olas.
Playa Elefante y Playa Bébé son dos joyitas dentro de San Agustinillo que no te puedes perder. Una tiene aguas más tranquilas y la otra un toque más rústico, pero ambas te harán pasar horas y horas sin mirar el reloj. Si prefieres algo más salvaje, camina hacia el este y encontrarás rincones casi vacíos donde lo único que te acompaña es el viento y alguna gaviota despistada.
¿Qué hacer en San Agustínillo, Oaxaca?
Aunque Mazunte y Zipolite se lleven toda la atención, San Agustinillo prefiere quedarse en las sombras, y eso es precisamente lo que lo hace especial. Zipolite tiene la fiesta y el descontrol, Mazunte atrae a quienes buscan experiencias espirituales... y San Agustinillo solo quiere que te relajes. Así de simple. Si te gusta comer con los pies en la arena, comprar pescado fresco por la mañana y caminar sin rumbo, este lugar va a conquistarte.
Llegar es más fácil que nunca gracias a la nueva autopista que conecta Oaxaca con la costa. Si antes eran más de seis horas de viaje, ahora solo toma dos y media para llegar a Puerto Escondido, y desde ahí puedes moverte hacia San Agustinillo sin mayor problema. También puedes volar a Huatulco y moverte en taxi o transporte público. Así que ya no hay excusas para dejarlo fuera de tu itinerario.
La infraestructura es sencilla, pero eso no significa que falte lo básico. Hay buenos restaurantes donde probar mariscos frescos, lugares para dormir con vista al mar y colectivos que te llevan y traen entre playas por muy poco dinero. Puedes moverte entre Mazunte, Zipolite o incluso visitar Punta Cometa. Todo está bastante cerca y bien conectado.
¿Y qué más puedes visitar? Además de las playas que ya mencionamos, podrías animarte a conocer sitios como Playa Escobilla —donde las tortugas te saludan— o las bahías de Huatulco, sobre todo si te gustan los lugares con infraestructura turística más desarrollada.