En el rincón más oriental de Yucatán, entre el Golfo de México y la reserva natural Ría Lagartos, se ubica El Cuyo, un tranquilo poblado pesquero de apenas dos mil personas. Sus calles de arena, el faro erguido sobre restos mayas y las casas pintadas de vivos colores reflejan la esencia de un sitio que todavía conserva su autenticidad, lejos de la saturación turística.
A primera vista, este destino conquista con aguas turquesa y una franja de arena clara que parece interminable. No hay hoteles gigantes ni bares estruendosos, la serenidad es su mayor riqueza. El entorno invita a andar descalzo, recoger caracoles en playas casi vacías o quedarse mirando puestas de sol que pintan el horizonte en tonos cálidos.
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Su biodiversidad también lo vuelve especial. De enero a septiembre llegan más de veinte mil flamencos rosados que convierten el paisaje en un espectáculo único. Además, entre junio y agosto, las tortugas marinas se acercan a depositar sus huevos, aportando otro motivo para admirar la vida silvestre.
Como broche, de abril a noviembre se presencia un fenómeno inolvidable, la bioluminiscencia. En noches sin luna, millones de diminutos organismos encienden el oleaje con resplandores azules que parecen salidos de un sueño.
Qué hacer en este paraíso escondido
El Cuyo no solo es un rincón para relajarse. Su litoral resulta ideal para actividades de viento como el kitesurf, que se practican sin pausa entre noviembre y junio. Quienes prefieren planes más tranquilos pueden rentar un kayak o un paddle para bordear la orilla o internarse en los manglares cercanos. A pocos kilómetros se encuentra la Reserva de Ría Lagartos, hogar de flamencos, cocodrilos y más de 250 tipos de aves.
También es posible llegar hasta Las Coloradas, conocidas por sus lagunas rosadas que atraen a viajeros y fotógrafos de todo el mundo. El poblado invita a recorrerlo en bici o en carritos de golf, admirando murales coloridos, el muelle de pescadores y la iglesia de la plaza central. Para los amantes del silencio, basta con recostarse en la arena y observar un cielo nocturno lleno de estrellas, libre de luces artificiales.
Consejos prácticos para el viaje
Aunque parece un sitio de ensueño, es importante ir prevenido. En El Cuyo solo existe un cajero y casi nunca sirve, por lo que lo mejor es llevar dinero en efectivo. No encontrarás grandes comercios, únicamente pequeñas tiendas del barrio, y tanto la luz como la señal de internet suelen fallar, lo que lo hace ideal para desconectarse. Se llega en unas 2 horas y media manejando desde Cancún, o en aproximadamente 3 horas desde Mérida. También hay transporte público, pero requiere paciencia por las combinaciones.
En cuanto a alojamiento, existen opciones para todos los gustos, desde campings y cabañas frente al mar hasta hoteles boutique con encanto. La oferta gastronómica incluye desde restaurantes familiares de mariscos hasta cafés modernos y bistrós con un toque internacional.
Preguntas frecuentes sobre El Cuyo
- ¿Dónde está El Cuyo?
En el noreste de Yucatán, dentro de la Reserva de la Biósfera Ría Lagartos.
- ¿Cómo llegar?
En coche desde Cancún (2h30) o Mérida (3h20). También en autobús con conexión en Tizimín.
- ¿Cuál es la mejor época para visitar?
De noviembre a abril por el clima seco y fresco; de abril a noviembre para ver la bioluminiscencia.
- ¿Qué actividades se pueden hacer?
Kitesurf, kayak, paddle, observación de aves, tours a Ría Lagartos y Las Coloradas, pesca y caminatas por playas vírgenes.
- ¿Se necesita llevar efectivo?
Sí. Muy pocos lugares aceptan tarjeta y el cajero automático local casi nunca funciona.