El Mundial 2026 pondrá a México bajo los reflectores del planeta. Ser sede por tercera vez no es poca cosa, y millones de aficionados ya planean viajar para disfrutar del torneo. Pero más allá de la pasión futbolera, este será el momento justo para explorar otra cara del país: sus zonas arqueológicas.
Se calcula que entre 5 y 6 millones de personas llegarán a México para vivir la Copa del Mundo. Si bien el fútbol será el ingrediente principal, muchos también querrán aprovechar los días libres para conocer sitios históricos. Además, varios de ellos están muy cerca de la CDMX, listos para escapadas rápidas entre partidos.
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El torneo se celebrará del 11 de junio al 19 de julio, con más equipos y más partidos que nunca. Eso significa que habrá tiempo para todo: gritar goles en los estadios y, al mismo tiempo, caminar por ciudades antiguas que alguna vez fueron el centro de civilizaciones enteras.
Zonas arqueológicas que no puedes perderte durante el Mundial 2026
Entre todos los lugares que puedes visitar, hay tres que sobresalen por su cercanía y su historia única: Cuicuilco, Teotihuacán y Xochicalco. Cada uno tiene un origen interesante, arquitectura y anécdotas, y juntos son un recorrido obligado si planeas viajar a México durante el Mundial. Aquí te dejamos la guía para que los tengas en tu lista.
1. Cuicuilco
Comenzamos con Cuicuilco, un sitio arqueológico dentro de la misma Ciudad de México. En la alcaldía Tlalpan, justo donde se cruzan Periférico e Insurgentes, se levanta una pirámide circular que sobrevivió a la erupción del volcán Xitle. Este evento cubrió gran parte de la ciudad con lava alrededor del año 250 d.C., pero aun así el lugar sigue en pie para recordarnos a una de las civilizaciones más antiguas del valle.
Hoy Cuicuilco es un espacio abierto y gratuito, perfecto para visitarlo sin salir de la capital. Tiene senderos que se unen con la vegetación, restos de antiguos edificios y un museo que guarda piezas encontradas en excavaciones: herramientas, esculturas y hasta restos funerarios. Además, en la zona se impulsa un vivero con miles de plantas endémicas.
2. Teotihuacán
Ahora pasamos a Teotihuacán, una de las joyas arqueológicas más famosas del país. Ubicada en el Estado de México, fue una de las ciudades más grandes del mundo antiguo, con más de cien mil habitantes en su época de esplendor. Caminar por la Calzada de los Muertos y ver las Pirámides del Sol y de la Luna es una experiencia maravillosa para cualquiera que la visite.
En mayo de este año volvió a estar permitido subir al primer cuerpo de la Pirámide de la Luna. Eso sí, la Pirámide del Sol sigue restringida de subir para conservarla, pero el impacto de Teotihuacán va más allá de trepar sus estructuras: recorrer sus templos, admirar sus murales y entender cómo funcionaba esta metrópoli es una gran experiencia. La entrada cuesta 100 pesos y abre todos los días.
3. Xochicalco
La última parada es Xochicalco, en el estado de Morelos, a solo dos horas de la CDMX. Construida después de la caída de Teotihuacán, esta ciudad en lo alto de una colina fue un punto muy importante de comercio y astronomía. Sus relieves muestran serpientes emplumadas y escenas ligadas al cosmos, y todavía se conservan canchas de juego de pelota y edificios ceremoniales.
Uno de sus mayores atractivos es el observatorio, una cueva diseñada con tal precisión que durante ciertos días del año un rayo de sol entra e ilumina el centro del recinto. Verlo es impresionante y confirma la capacidad de sus constructores. La visita también incluye un museo que explica la historia del lugar y, si quieres cerrar el día, siempre puedes pasar al cercano Pueblo Mágico de Xochitepec para relajarte en sus balnearios o probar sus antojitos.