Para aquellos viajeros que gustan del turismo religioso, en México está una joya a la que le llaman la “Capilla Sixtina de América”, esto por el parecido de los frescos pintados a mano en muros y techos, que irremediablemente nos remite a la obra del pintor italiano Miguel Ángel.
Si te gusta el arte -y en particular el arte sacro- no tienes que viajar hasta Roma para admirar una obra con tanto detalle que ilustra la historia del evangelio en más de seis kilómetros de frescos pintados a mano.
Te podría interesar
La “Capilla Sixtina de América” está en una encantadora Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en un bello estado del Bajío; sí, en San Miguel de Allende, Guanajuato.
¿Dónde está la ‘Capilla Sixtina de América’?
A 12 kilómetros de San Miguel de Allende, que dejó de ser Pueblo Mágico para obtener el nombramiento de Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, está el poblado de Atotonilco, y es ahí donde podrás conocer la majestuosa “Capilla Sixtina de América”.
Aunque fácilmente te darán referencia de la ubicación de la “Capilla Sixtina de América” o mexicana, el nombre de esta iglesia es el Santuario de Jesús Nazareno de Atotonilco, y sí, ten por seguro que es una de las iglesias más impresionantes del país.
¿Quién pintó la ‘Capilla Sixtina de América’?
La obra pictórica que ilustra escenas del Antiguo Testamento, y de la vida y Pasión de Cristo, fue encomendada a mediados del siglo XVIII al artista local de Guanajuato, Miguel Antonio Martínez de Pocasangre, quien mezcló un estilo barroco con elementos pictóricos de la cultura prehispánica, retomando aspectos renacentistas del famoso Miguel Ángel.
Los más de seis kilómetros de frescos que llenan de arte el interior del Santuario de Jesús de Nazareno de Atotonilco, fue una estrategia para evangelizar a la población indígena de la región; esto por órdenes del padre Luis Felipe Neri de Alfaro.
Lugar de fe, historia y arte
El Santuario de Atotonilco en San Miguel de Allende, conocido popularmente como la “Capilla Sixtina de América” es visitada por peregrinos; el claustro es usado para retiros y ejercicios espirituales, y además, en Semana Santa hay otras actividades que incluyen ayuno y rezos.
El 8 de julio de 2008, este santuario fue incluido por la UNESCO en la lista de Patrimonio de la Humanidad, y en la página oficial de este recinto religioso, cita una descripción que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, como agencia especializada de la ONU, da: “Su arquitectura y decoración testimonia la influencia de la doctrina de San Ignacio de Loyola”.