Huasca es uno de los siete Pueblos Mágicos de Hidalgo, se ubica en el corredor de la montaña y es un deleite para la vista pues está rodeado de bosques mágicos donde, según los lugareños habitan duendes juguetones. De pasado minero, Huasca de Ocampo resguarda haciendas que fueron testigo de la bonanza minera y se antoja para descubrir en un fin de semana, en una escapada familiar.
Este poblado huele a pastes recién hechos, porque aunque fueron creados en su vecino, Mineral del Monte, aquí también se elaboran, el pueblo es perfecto para convivir con la naturaleza pues acoge escenarios imponentes como los famosos prismas basálticos y bosques milenarios repletos de pinos, encinos y oyameles que son custodiados por duendes que, incluso tienen su propio museo.
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Huasca de Ocampo, el Pueblo Mágico habitado por duendes
El centro de Huasca es fascinante, sus calles empedradas se pueden recorrer sin prisa, aunque es pequeño cuenta con lugares llenos de historia y magia, uno de ellos es la Parroquia de San Juan Bautista, edificada en el siglo XVI por frailes agustinos. La fachada del templo es sencilla pero destaca en ella una imagen de San Miguel Arcángel que fue donada por Pedro Romero de Terreros, en su interior aloja varios retablos y pinturas de santos y pasajes de la vida de Jesús.
A cada paso se pueden encontrar artesanías de cerámica, objetos de madera tallada a mano, fuentes miniatura, hogos y duendes de barro y otras piezas que representan el misticismo del pueblo. No puedes irte de Huasca sin hacer un recorrido nocturno al bosque de los espíritus, en el que se dice, habitan duendes traviesos. Ahí, en la profundidad del bosque se encuentra un pozo de los deseos y algunos árboles con formas curiosas que según las creencias son las casas de los diminutos seres que custodian el lugar.
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Muy cerca se encuentra el Museo de los Duendes que está decorado con figuras de duendes y que exhibe fotos de las trenzas que estos seres les hacen a los caballos. Para descubrir el pasado minero de la localidad se puede dar un recorrido guiado por las ex haciendas San Miguel Regla y Santa María Regla, la más imponente de las haciendas productoras de plata que fundó Pedro Romero de Terreros a mediados del siglo XVIII.
Prismas basálticos el tesoro del Pueblo Mágico de Huasca
También hay paseos en lancha por la presa San Antonio Regla desde donde se admira el casco de la hacienda de San Antonio que baña a los prismas basálticos, unas formaciones esculpidas a capricho de la naturaleza hace 2.5 millones de años y que poseen formas geométricas perfectas. Se encuentran en la barranca de Santa María Regla, en un parador que también cuenta con tirolesas, miradores, área de juegos y puentes colgantes.
Hay que considerar una visita a la Barranca de Aguacatitla que forma parte de la reserva de la Biósfera Barranca de Metztitlán, es un sitio de turismo alternativo en cuyo fondo pasa el río de Regla conocido también como Coacoyunga, este parador turístico cuenta con restaurante, área de asadores y mirador. También ofrece talleres de relajación y yoga.