Cada vez que planeamos una salida por México, podemos estar seguros que vamos a disfrutar de lugares llenos de riquezas naturales, una exquisita combinación de paisajes que son distintivos en cada región y costumbres tradicionales en las que podemos apreciar la bella cultura que envuelve toda la extensión de este bello territorio que es una nación multicultural.
Es por ello que muchos viajeros llegan de diferentes partes del mundo, pues encuentran en cada estado de este territorio, lugares espectaculares que combinan una gran variedad de climas y escenarios únicos, que les muestran en cada paseo, todas esas zonas tan increíbles en las que pueden disfrutar unas buenas vacaciones, acompañados de sus seres queridos o de su grupo de amigos más aventureros.
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En la República Mexicana, tenemos la oportunidad de disfrutar de una amplia variedad de espacios espectaculares, que van desde playas, montañas, lagos y lagunas, hasta hermosos paisajes desérticos, como es el caso del Pueblo Mágico de Cuatro Ciénegas, en el estado de Coahuila, una localidad encantadora que te sorprenderá con la combinación de sus arenas desérticas y sus increíbles cuerpos de agua que la contrastan.
Cuatro Ciénegas, un desierto entre manantiales
Este pueblo parece haber sido sacado de un cuadro surrealista, pues destaca por su riqueza vinícola, sus callecitas pintorescas, áreas naturales que reflejan su legado histórico, en cada rincón que puedes conocer en uno de tus viajes hacia el norte de nuestro país, pues será fascinante contemplar estos paisajes, especialmente si decides pasar una noche de campamento.
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Además de estos atractivos, Cuatro Ciénegas también cuenta con cuerpos de agua naturales que hacen un perfecto contraste con sus secos paisajes, verdaderos oasis de líquidos cristalinos que pueden deleitar a cualquiera que se atreva a recorrer esta zona tan árida y a la vez, fascinante. La Reserva de la Biosfera de este pueblo, se ha ganado el apodo de las "Galápagos de México", gracias a estas formaciones.
Atractivos maravillosos de Cuatro Ciénegas
La bella Poza Azul, es una de las pozas de la reserva, que destaca por sus aguas claras y por su profundidad de cinco metros, donde sus minerales, propician una gama de tonos que van desde el color zafiro, hasta el turquesa. En tu visita a esta poza podrás encontrar una sala con fotografías dedicadas a la flora y fauna de la región, además de una zona con palapas y asadores para que los visitantes disfruten el paisaje.
En las Dunas de Yeso, te encantará ver las montañas de arena blanca que se acumulan sobre algunos viejos troncos de árboles fosilizados que se encuentran desde hace años en este lugar, donde también podrás disfrutar con tus acompañantes de una buena velada en sus palapas, preparar una rica carne asada y pasarla bien en este sitio lleno de elementos sorprendentes.
Para complementar esta experiencia, debes visitar uno de los viñedos que se encuentran en esta región, pues cuentan con una tradición vinícola de 150 años y existen varias bodegas en las que podrás degustar de las mejores cosechas de esta selección, además de conocer el proceso de producción desde la plantación de las uvas, hasta el momento en que llevas a tu boca, una copa para brindar.
Si deseas finalizar la tarde con un paseo tranquilo al lado de tu pareja, recorrer la Plaza Central será la cereza del pastel, pues los paisajes son muy tranquilos, relajantes y se prestan muy bien para poder hacer una caminata, platicar de tus viajes o simplemente, dejar que el tiempo corra lentamente, mientras observas como cae la tarde.