Ubicado en el corazón de la sierra Tarahumara, esta Creel, el Pueblo Mágico rodeado de bosques valles de piedra y lagos cristalinos, es la puerta de entrada a las Barrancas del Cobre, un sitio enigmático en donde se respira y se palpa lo sagrado. En cada uno de sus rincones se asoma la tradición rarámuri y las huellas de su pasado minero y ferroviario. Creel, además es una de las paradas del Chepe Express que realiza un viaje de 350 km hasta Los Mochis, en Sinaloa.
Este pueblo reposa entre bosques, valles y columnas de piedra erosionadas por el viento. Gran parte de su atractivo lo brinda su ubicación, una de las partes más altas de la Sierra Madre Occidental también conocida como Sierra Tarahumara, llamada así porque es hogar de esta cultura milenaria que guarda un profundo respeto por su entorno. Ahí, en las calles empedradas se asoman las casas de madera con techos de dos aguas muy típicas de la zona.
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Qué hacer en Creel
El Pueblo Mágico de Creel es una de las paradas que realiza el tren Chepe Expres, antes llamado Tren "CH-P" Chihuahua- Pacífico por el recorrido que realiza y que luego cambió su nombre por el de Chepe. Es un punto obligado cuando se visitan las Barrancas del Cobre. Hay que caminar por sus calles y entrar al Museo Casa de las Artesanías cuyo objetivo es dar a conocer la forma de vida de sus pobladores. Encontrarás vasijas de barro, fotografías y textiles.
Afuera, en las calles hay mujeres con niños que ofrecen artesanías elaboradas con hojas de pino, madera y algodón. Son muy económicas y es un imperdible llevar uno de estos objetos a casa. Encontrarás desde muñecas rarámuri, rebozos y tejidos, instrumentos y máscaras de madera, cestas de pino, aretes, collares y otros objetos de gran belleza y significado. También podrás encontrar sotol, la bebida típica. Además de tener un pedacito del pueblo en casa podrás contribuir con la economía de los artesanos.
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Otra parada obligada es visitar el Valle de las Ranas y de los Hongos, un sitio ubicado a unos minutos del pueblo, en un valle repleto de formaciones rocosas cuyas formas semejan hongos y ranas gigantes. Se localizan a tres km al sur por el camino que conduce al Lago de Arareko, uno de los más famosos de esta región. Visitarlo también es obligado ya que es tan cristalino que verás cómo se refleja el cielo en el agua. En él puedes hacer un recorrido en lancha, pescar y relajarte.
En los alrededores del lago podrás hacer bicicleta de montaña y llegar a la Misión de San Ignacio, el punto que reúne a las familias rarámuris y que sorprenden por el colorido de sus trajes. Muy cerca está la cueva de San Sebastián que es habitado por una familia tarahumara y que abre las puertas de este espacio para conocer más sobre su cotidianidad ya que muchos de ellos habitan en cuevas como esta.
Finalmente entra a uno de los restaurantes del pueblo, ahí sirven diversas especialidades de la región, como el pescado a las brasas acompañado con ensaladas y papas fritas, caldo de carne seca, enchiladas con carne, entre otras delicias. Prueba el sotol, elaborado a base de un agave que solo crece en esta parte del país. No olvides rentar una cabaña en medio de la montaña, hay varias opciones y ofrecen todas las comodidades.