Uno de los Pueblos Mágicos de Durango que cuenta con una increíble historia minera es Mapimí, donde los descubrimientos de minerales preciosos elevaron el interés por los españoles quienes llegaron a asentarse en esta tierra y se enfrentaron a los indígenas. Además, la inestabilidad que se vivió en esta región duranguense impidió el desarrollo armónico de la población, aún cuento la ciudad tenía importancia para la entonces Nueva Vizcaya.
El primer Pueblo Mágico de Durango es Mapimí, así lo consideran algunos, quienes en hoy en día se ha convertido en un destino turístico de gran valor, donde su historia de más de 400 años se puede admirar en sus calles, formaciones naturales así como sus artesanías. Hay varios sitios que puedes admirar en medio de sus paisajes semidesérticos característicos del estado.
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¿Qué puedes hacer en Mapimí, el Pueblo Mágico minero?
Uno de sus mejores sitios es el Puente de Ojuela, el cual se caracteriza por tener 318 metros de largo y 110 de altura, el Puente de se localiza sobre el cañón de Mapimí y es el más largo de Latinoamérica. Además, lo puedes recorrer a pie para llegar a una de las minas más conocidas del pueblo minero. Otro de los mejores puntos es la Mina Santa Rita, el recorrido es de aproximadamente cien metros, donde verás las excavaciones de oro y plata que han dejado registro.
El Centro Histórico de Mapimí cuenta con interesantes atractivos que relatan pasajes de la historia del país, su tradición minera así como varios aspectos de la cultura del estado. Entre sus puntos de interés está la iglesia de Santiago Apóstol, la cual fue construida en el siglo XVIII con cantera labrada de estilo barroco entre otros detalles.
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Históricamente el Pueblo Mágico de Mapimí pertenece al 'Camino Real de Tierra Adentro' en la lista de la UNESCO desde 2010, donde gracias a sus maravillas naturales e históricas con las que cuenta el municipio se ganó este lugar. Si tienes ganas de ver un pueblo fantasma debes ir a La Ojuela, justo donde se encuentran el puente colgante de La Ojuela, el cual parece detenido en el tiempo donde conserva su iglesia, su mercado en ruinas y otras construcciones.