¿Listo para descubrir un rincón de Nayarit que te dejará con la sensación de haber conocido un paraíso? En el Pueblo Mágico de Ahuacatlán te espera un espacio natural gratuito, donde el agua turquesa corre entre rocas y vegetación. Es el tipo de lugar que te hace olvidar el reloj y disfrutar de lo simple: nadar, respirar aire puro y dejar que el sonido del agua te relaje por completo.
Para llegar desde Tepic, solo necesitas una hora de camino por la carretera federal 15 o la autopista Jala-Compostela. Desde Guadalajara el trayecto toma alrededor de dos horas. También hay autobuses que conectan ambas ciudades con Ahuacatlán. Si llegas desde el Aeropuerto Internacional de Puerto Vallarta, puedes tomar un taxi o un autobús según tu presupuesto y el tiempo que tengas disponible.
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Una vez en el centro de Ahuacatlán, el paraíso natural está a menos de media hora. Solo debes tomar la ruta por Carretera Amatlán de Cañas - Uzeta y Carretera Guadalajara - Tepic/México 15 N. Son unos 22 kilómetros de camino, en los que pasarás de las calles del pueblo al paisaje abierto hasta llegar a Las Tinajas de Santa Isabel, un balneario natural escondido entre cerros y árboles.
El camino tiene su dosis de aventura: algunos tramos son de terracería y hay escalinatas empinadas, así que lleva calzado cómodo, protector solar y algo de agua. No necesitas pagar entrada, aunque los vecinos piden una cooperación de 10 pesos para mantener limpio el lugar. Es un gesto sencillo que ayuda a conservar este sitio natural.
Pozas de agua cristalina en Nayarit: un escape natural sin costo
Las Tinajas son pozas de agua color turquesa formadas por un arroyo que crea pequeñas cascadas y albercas naturales. El sonido del agua cayendo, el frescor del ambiente y la vista de los árboles frutales serán tu nueva definición de oasis. Si vas entre semana, casi seguro disfrutarás del lugar solo para ti.
Ahuacatlán no se queda corto en lugares para explorar. Además de Las Tinajas, puedes visitar el balneario de Acatique, donde las aguas termales son deliciosas. En el centro, el Palacio Municipal y la Casa de la Cultura muestran parte de la historia del pueblo, mientras que los templos antiguos dan una idea de cómo se ha conservado su esencia con los años.
Este Pueblo Mágico se levanta a los pies del volcán Ceboruco, y su historia se remonta a la tribu Noa, antiguos habitantes del norte que buscaban el Anáhuac. Por eso, Ahuacatlán tiene un aire mistico: naturaleza, historia y tranquilidad en un mismo espacio. Caminar por sus calles es parte de la experiencia.
También, el Jardín de los Hijos Ausentes es parada obligada. Ahí puedes probar tortillitas, tostadas de pata y otros antojitos que te harán recuperar energía. Y si aún te queda tiempo, explora otros rincones cercanos como los arroyos de Tetitlán, Los Chiltes o El Ermitaño.