Muchos imaginan que cuando alguien menciona una ciudad prehispánica cerca de la CDMX se trata de Teotihuacan; es casi automático. Pero existe otro sitio sorprendente que rompe con esa idea y que, además, puedes visitar muy fácilmente. Hablamos de un lugar que te saca completamente de la rutina, que impresiona por su belleza y que, por alguna razón, no aparece tanto en las guías de destinos para visitar. Uno de esos destinos que descubres por casualidad y después no dejas de recomendar.
Ese lugar es Toluquilla, en Querétaro. Sí, Querétaro tiene espacios arqueológicos increíbles, algunos aún restringidos porque siguen en estudio, pero entre los que sí están abiertos al público, este es uno que de inmediato te va a enamorar. Su singularidad, su ubicación y su historia te hacen sentir en un sitio excepcional. Además, está a una distancia razonable para una ESCAPADA tranquila sin tanto viaje.
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Toluquilla es una antigua urbe mesoamericana situada al sur de la Sierra Gorda. Fue identificada en el siglo XIX por buscadores de vetas que, entre minerales y montañas, se toparon con estructuras tan impresionantes que las compararon con las de la antigua Grecia. Basta caminar entre sus edificaciones para entender por qué lo dijeron.
¿Cómo llegar y cuánto cuesta visitar Toluquilla en Querétaro?
Para llegar, debes dirigirte hacia Vizarrón por la carretera 120 y luego tomar la desviación hacia San Joaquín. A la altura del kilómetro 30 hay un camino hacia la Presa Hidroeléctrica Zimapán y, en el kilómetro 11, una terracería que te acerca al sitio. Después solo hay que caminar unos 350 metros. Otra opción es llegar directamente a San Joaquín y contratar una camioneta de servicio público. La entrada cuesta $65, un precio accesible para todo lo que puedes recorrer.
A solo dos horas y media de la capital queretana, este lugar funcionó como un centro ceremonial de gran importancia, según el INAH. El arqueólogo Eduardo Noguera indica que los asentamientos visibles corresponden a una etapa teotihuacana-tolteca. Incluso su nombre llama la atención: Toluquilla combina una raíz náhuatl relacionada con encorvarse y una partícula castellana que da lugar a un significado cercano a “Cerro Jorobado”. Curioso y muy acorde a su fisonomía.
El sitio se levanta sobre una meseta artificial moldeada con piedra y lodo, donde se crearon superficies a distintos niveles siguiendo la forma del cerro. La ciudad se distribuía en tres ejes de circulación y contaba con cuatro juegos de pelota. Sus edificios se levantaban encima de estructuras más antiguas para ganar altura, usando grandes cajones de roca rústica y muros angostos de laja recubiertos con estuco. Aunque gran parte perdió ese acabado con el tiempo, aún quedan restos visibles. Toluquilla vivió dos grandes etapas: la primera del 300 a.C. al 600 d.C., y la segunda, más intensa, del 600 al 1350 d.C.
Su trazo urbano es uno de sus elementos más interesantes: cuatro canchas de juego de pelota organizaban el eje central, mientras que los desplazamientos se hacían por corredores angostos que conectaban templos, temazcales y habitaciones con altares domésticos. Algo que sorprende es la ausencia de plazas grandes, lo que sugiere una dinámica social muy peculiar. La zona conserva unas 120 estructuras y una historia que abarca casi dos milenios.
La zona arqueológica Toluquilla abre de jueves a domingo de 10:00 a 16:00, perfecto para organizar una salida. Además, en el estado hay otros tres sitios accesibles: Tancama, El Cerrito y Ranas, así que podrías armar un recorrido más amplio si la curiosidad te gana.
¿Qué visitar en Cadereyta de Montes?
Y ya que vas a llegar a esta parte de Querétaro, te contamos que Toluquilla forma parte del municipio de Cadereyta de Montes, un Pueblo Mágico muy visitado por su belleza natural, su comida y sus espacios para relajarse. Cadereyta en sí tiene un montón de lugares para pasarla bien. Aquí abajo te dejamos algunos.
La Presa Zimapán es uno de los favoritos, especialmente por su campamento ecoturístico La Isla Tzibanzá, donde puedes dormir frente al agua en cabañas y tomar un paseo en lancha que te lleva hasta la cortina de la presa. También encontrarás artesanías en ixtle, gastronomía particular como el famoso “nopal en su madre”, invernaderos de cactáceas, zonas para pesca y espacios naturales.