Si estás armando tu lista de próximos destinos y aún no has incluido a Ixtenco, en Tlaxcala, es hora de hacerlo. Este Pueblo Mágico guarda una sorpresa que no te querrás perder: la Hacienda Soltepec. Imagínate esto: vives en la Ciudad de México, haces una reserva en línea, tomas un autobús o te lanzas en auto y en poco más de dos horas ya estás en un lugar lleno de historia, perfecto para desconectarte del ruido de la ciudad.
La Hacienda Soltepec está en el kilómetro 3 de la carretera Huamantla - Puebla. Desde que llegas, el lugar impone. Más que una hacienda, parece una especie de castillo. En ella, el descanso toma otro sentido. Las paredes, los pasillos, cada rincón te hacen sentir como si hubieras viajado tres siglos al pasado. Si te gusta lo diferente, lo que tiene alma, en la hacienda vas a encontrar algo muy especial.
El hotel tiene 134 habitaciones, cada una con su propio estilo. La comida es otro de sus puntos fuertes: hay un restaurante delicioso, una cafetería gourmet y un bar para pasar el rato. Incluso si no piensas quedarte a dormir, vale la pena darte una vuelta y sorprender a alguien con una cena fuera de lo común. Un día estás en casa y al siguiente cenando en un edificio del siglo XVI con platillos llenos de sabor tradicional.
Y si te gusta moverte, no hay forma de aburrirse. Hay campo de golf, alberca techada, gimnasio, canchas para casi todos los deportes, desde tenis hasta pádel y squash. También hay vuelos en globo, senderos para caminar, talleres artesanales, un museo del pulque y hasta un tianguis orgánico. Todo en un mismo lugar, sin necesidad de planear demasiado. Solo llegas… y lo disfrutas.
¿Qué hacer en Ixtenco?
En la Hacienda Soltepec puedes pasar la noche en habitaciones para dos o hasta cuatro personas. Todas están bien equipadas, con espacios amplios y cuidados. El precio arranca desde los 2,000 pesos por noche, así que si el plan te está sonando bien, sigue leyendo porque hay más cosas que hacer en Ixtenco. El centro del pueblo queda a solo 10 minutos en auto desde la hacienda, así que moverte no será un problema.
Uno de los mejores puntos para ver el paisaje es el cerro de Xalapasco, también conocido como “el señor de los diez cráteres”. Desde ahí se alcanzan a ver varios cráteres que parecen sacados de otro planeta. Si te interesa lo antiguo, no dejes pasar la parroquia de San Juan y la capilla de la Virgen de Guadalupe, las dos iglesias más viejas del pueblo.
En el centro, el kiosco de la plaza principal tiene su propio encanto, sobre todo si lo visitas en fin de semana. Hay talleres artesanales donde puedes ver cómo se elaboran textiles tradicionales, y si todavía tienes energía, puedes aventarte una ESCAPADA al Parque Nacional La Malinche, que queda muy cerca.
Y si eres de los que viajan por el antojo, en Ixtenco también hay mucho que probar. Un buen comienzo es el atole agrio, hecho con maíz morado, que tiene un sabor distinto pero muy sabroso. Y si quieres algo más fuerte, no te vayas sin probar el mole de ladrillo, preparado con chile guajillo y masa de maíz. Comer en Ixtenco es parte importante del paseo, así que guarda espacio.
Pueblos Mágico de Tlaxcala
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