Izamal y Valladolid son probablemente los Pueblos Mágicos más conocidos de Yucatán, pero el estado tiene más escondites dignos de una ESCAPADA. Vamos a contarte sobre uno de los menos mencionados, pero que tiene un ambiente de paz, gastronomía deliciosa y un cenote espectacular que se encuentra dentro de una gruta, con agua tan clara que parece de otro mundo.
En Motul no pasan ni diez minutos antes de que te sientas enamorado. Tal vez ya lo tienes en el radar por los famosos huevos motuleños —ese desayuno que ha cruzado fronteras—, pero esta ciudad también está en el centro de la antigua zona henequenera. Durante años fue fundamental en la agroindustria, con varias haciendas que aún se pueden visitar y que narran parte de su historia.
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Uno de los planes más comunes en Motul es recorrer sus viejas haciendas. Algunas de las más conocidas son la exhacienda Ticipó Gutiérrez, Hacienda Kancabchén, San José Hilí o Paraíso Komchén. Aunque muchas ya no funcionan como lo hacían en sus mejores años, siguen siendo paradas obligadas para tomar fotos, aprender de historia y caminar entre paisajes que te harán sentir en una película de época.
También puedes pasar por el Museo de Felipe Carrillo Puerto, ubicado en una casona del centro. Ahí se habla de la vida de este político que defendió la lengua y la cultura maya. Después, puedes tomarte un descanso en el parque José María Campos, que está justo enfrente, y sentarte en una de las cafeterías que rodean la plaza para probar los huevos motuleños en su tierra natal.
No te pierdas el cenote Sambulá de Motul
Motul es una ciudad pequeña: en coche la atraviesas en 10 minutos y a pie en unos 50. Justo en las orillas del centro está uno de sus tesoros más conocidos: el cenote Sambulá. Llegas fácil, ya sea caminando o en taxi, y aunque está cerca de todo, da la sensación de estar muy lejos del bullicio.
Este cenote se esconde dentro de una gruta subterránea. Para llegar al agua, hay que bajar por una escalera de mampostería que lleva a una especie de salón natural. Tiene iluminación eléctrica y un ambiente muy fresco. El espejo de agua tiene unos 30 metros de largo y 8 de ancho, con una profundidad que va de uno a ocho metros. Es perfecto para nadar o simplemente flotar un rato.
El sitio es administrado por el Ayuntamiento de Motul, que mantiene limpias las instalaciones y cobra una cuota baja para entrar. La gruta mide unos 40 metros de largo y 8 de ancho, con una altura media de tres metros. Si sabes bucear y tienes experiencia, hay una cueva subacuática que se puede explorar, aunque es mejor no meterse sin guía, porque el sedimento es muy inestable.
Para cuidar este lugar, se pide usar chaleco salvavidas, no aplicar bloqueadores ni repelentes antes de entrar al agua y, claro, llevarte tu basura. El cenote Sambulá es uno de esos sitios que sorprenden no por lo grande, sino por el ambiente que se siente adentro. Y si ya estás en Motul, no hay pretexto para no visitarlo. El costo es de $70 pesos para adultos y $40 pesos para niños por una hora.