A poco más de 75 kilómetros del Pueblo Mágico de Yucatán llamado Espita, se encuentra la Reserva de la Biosfera Ría Lagartos, un lugar donde los flamencos rosados transforman los humedales en un espectáculo de color y movimiento. De abril a agosto, cientos de estas aves llegan para anidar, creando un escenario precioso que cualquier amante de la naturaleza debería vivir en persona. Observarlas mientras se desplazan en grupos sobre las aguas tranquilas es una experiencia casi mística.
El entorno de Ría Lagartos es de manglares, selvas bajas, pastizales y petenes que se mantienen casi intactos, creando un refugio vital para diversas especies. Además de los flamencos, se pueden ver tortugas, cocodrilos y aves migratorias durante todo el año. La intersección de las aguas del Golfo de México y el Mar Caribe mantiene un equilibrio ecológico que sostiene tanto la fauna como las comunidades locales.
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Consejos para visitar Ría Lagartos
Recorrer la reserva se puede hacer en lancha o kayak, disfrutando de los canales de manglar en silencio y sin perturbar el entorno. Las rutas de senderismo interpretativo ayudan a entender cómo conviven los diferentes ecosistemas, mientras que la pesca recreativa sustentable permite vivir experiencias activas sin dañar la naturaleza. Los miradores y centros de información facilitan la visita.
Además, la reserva cuenta con servicios básicos como embarcaderos, transporte terrestre, hospedaje y restaurantes, así como señalización y guías especializados que conocen los secretos del lugar. Llevar protector solar biodegradable, ropa ligera y sombrero mejora la experiencia, y es recomendable contratar solo guías y embarcaciones autorizadas. Visitar Ría Lagartos es un plan perfecto antes o después de recorrer Espita.
Espita: El Pueblo Mágico de Yucatán
Espita, Pueblo Mágico ubicado a 75 kilómetros de la reserva, te recibirá en tu viaje con sus calles llenas de color. La iglesia de San José es un buen punto de partida para recorrer el centro, con torres altas y un estilo franciscano que refleja siglos de tradición. Caminar por y disfrutar de detalles arquitectónicos es un imperdible.
El mercado municipal Juan José Méndez es una parada obligada para sentir el pulso de Espita. Los aromas de los platillos, los colores de frutas y verduras, y los balcones con herrería típica forman un recorrido sensorial que hace que el paseo sea tan interesante como sabroso. Allí se pueden probar panuchos, papadzules, mondongo o chaya con huevo, y adquirir artesanías que capturan la esencia del lugar.
La antigua estación del ferrocarril, hoy transformada en casa de la cultura, guarda historias de un pasado dinámico lleno de movimiento y comercio. La Hacienda Santa Teresa Kancabá, con su casona y cenote, le da una dimensión histórica y natural al recorrido, mientras que el parque Melchor Ocampo está ahí para contemplar la vida tranquila del pueblo.
Cerca de Espita también hay sitios arqueológicos y ruinas menos conocidas que otras en Yucatán, como Tahcabo, perfecta para visitar junto con la Reserva de Ría Lagartos, que ya mencionamos más arriba, donde se puede vivir la increíble experiencia de admirar flamencos.