Madonna es una celebridad que siempre da mucho de qué hablar, pues pocas personas podrían igualar su singular tono de voz y el éxito que ha tenido a nivel internacional desde su juventud y es que esta mujer encanta con sólo verla, pues a sus 63 años sigue pisando con determinación en cualquier sitio al que va y en cada destino incluye algunas extravagancias adicionales.
La gran intérprete y empresaria ha dejado una marca personal desde inicios de su carrera y entre esta huella difícil de igualar, se encuentran algunas costumbres de su personalidad, que vuelven un tanto complicado definir dónde termina e inicia el personaje, costumbres entre las que encontramos la destrucción de los retretes en los hotel en los que pasa la noche, dejando una marca muy singular.
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¿Por qué pide Madonna que se destruyan los inodoros de sus hoteles?
Una de las exigencias principales de la reina del pop es que cualquier hotel debe modificar el mobiliario de habitación a su gusto, un capricho que se puede ver en mayor o menor medida en cada salida y no está al alcance de los simples mortales. Pero eso no es todo, pues se trata de algo simple en comparación de algunas otras manías que acompañan a esta personalidad de la música.
Otra de las peticiones especiales que hace esta famosa es solicitar que las habitaciones de los lugares donde se hospeda estén decoradas con rosas blancas recién cortadas y todas ellas con una medida exacta, pero es poco en comparación con la manía de destruir los inodoros de los sanitarios de sus hospedajes, pues esta costumbre la ha marcado entre los destinos que pisa cada que sale de gira o en sus vacaciones.
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Cuando Madonna hace su chek out en un hotel, tiene que comprobar como su asistente personal retira y destruye el lavabo e inodoro que ha usado en su habitación, algo que se supone estaría pactado previamente con los dueños de los sitios en los que pasa sus noches, pues de lo contrario, estas acciones la convertirían en la reina de la destrucción de los hoteles en los cuales decida quedarse a descansar después de sus conciertos.
El principal motivo de esta extraña costumbre es porque la reina del pop no desea que alguien se haga millonario al subastar o vender el trono donde ha hecho sus necesidades, un capricho que no es nada barato y seguramente, un poco menos cómodo de lo que parece, pues seguramente implica mucho esfuerzo por parte de su personal y una pérdida importante para los encargados del hotel.