Nuestros viajes por México nos muestran lugares sorprendentes, sitios maravillosos que podemos disfrutar con nuestras personas favoritas, pues son espacios encantadores que nos hacen perder la noción del tiempo al adentrarnos en sus hermosos paisajes y deleitan los sentidos de cada viajero con todos los elementos que los rodean, ya sean sus especies de flora o fauna local, la armonía de sus pobladores y también, las delicias gastronómicas que se ofrecen en cada uno de estos puntos turísticos que dan vida a la economía nacional.
El sur de nuestro país es un territorio que cuenta con una gran diversidad de espacios naturales muy encantadores, pues podemos encontrar una amplia variedad de playas, zonas arqueológicas, montañas, selvas y una biodiversidad sorprendente, haciendo de esta región, una de las más visitadas por los turistas a nivel internacional y nacional, pues en cada uno de los estados sureños de nuestro país, encuentras una enorme variedad de actividades ecoturísticas y experiencias de lujo que te hacen olvidar los malos momentos.
La región que pertenece a la Riviera Maya, es un territorio que ofrece muchos encantos naturales, entre bellas playas turquesa con arenas blancas, el mejor clima para nadar, hermosas ruinas arqueológicas y los impresionantes cenotes, una especie de cueva o pozo de agua manantial que se sitúa en algunas depresiones geológicas con características específicas que dan origen a estas piscinas naturales, en las que puedes convivir con tu familia y tener un día de descanso realmente refrescante y sorprendente, espacios naturales que vamos a conocer más a profundidad en esta nota.
¿Cómo surge un cenote?
Los cenotes nacen debido a la composición geológica del suelo donde se encuentran, como es el caso de los cenotes hallados en el estado de Yucatán, que están compuestos por roca caliza o tierra blanca principalmente, las cuales contienen algunos carbonatos de calcio y magnesio, que son ligeramente solubles en el agua. El Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), indica que este tipo de suelo, hace que se absorba toda la humedad y el agua se filtre en estos territorios, dando paso a cavernas que pueden estar parcial o totalmente inundadas y cuando el suelo colapsa, es cuando surgen de forma natural, los bellos cenotes.
Este efecto ocurre porque la roca se disuelve por medio del agua de lluvia, la que llega acidificada por el dióxido de carbono que se encuentra en el aire y gracias a la descomposición de materia orgánica. El colapso de estas áreas llega cuando el nivel del mar baja, dejando lugar a una cueva llena de aire que, por falta de soporte en la parte baja, hace que se colapse y desplome el techo, generando así, estos maravillosos cuerpos de agua donde muchos viajeros han pasado una de las mejores tardes de sus vidas, nadando plácidamente en un cenote.
¿Por qué se forman los cenotes?
El proceso de formación de un cenote no se da de un día para otro, pues en algunas ocasiones, esto puede tardar miles de años y muchas veces, las personas ni siquiera pueden acceder a ellos. El agua de estos cuerpos proviene principalmente de las lluvias, pues estas aguas son retenidas gracias a la vegetación que rodea estos espacios, que pasa a través de las rocas. Una vez que se infiltra este líquido, los acuíferos son recargados y parte del agua llega a la depresión geológica generada, recargando así a los cenotes.
Los cenotes son formaciones que se encuentran en nuestro país, un ecosistema propio de México, en los que podemos tener unas buenas vacaciones o las mejores aventuras y aquellos que surgen durante un proceso que ha llevado miles de años y en un tipo de suelo específico, son un ecosistema único que alberga especies endémicas de las regiones a las que pertenecen, las cuales se han adaptado a estas formaciones durante miles de años en esta gran variedad de cenotes que pueden ser abiertos, semiabiertos antiguos y de caverna, una excelente opción para explorar en tus siguientes vacaciones.