En noviembre de 2010 la cocina tradicional mexicana fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Y es que la gastronomía de una región tiene procesos más complejos que la elaboración de un platillo, es una relación estrecha entre habitantes y su historia, su cultura y su tierra. Así, bocado tras bocado descubrimos que en México hay una ferviente movida gastronómica que le inyecta vitalidad a la hotelería, rindiéndole culto a las mujeres de humo, mayoras y cocineras de antaño.
Y por qué no, también hoteles que han optado por ofrecer una historia gastronómica totalmente diferente, creada para que los viajeros gastronómicos disfruten de fiestas culinarias en sus espacios, para ser recordadas como deliciosos momentos que difícilmente se podrán repetir. Por eso, te dejamos tres hoteles gastronómicos para conocer México a través de su cocina, dos de ellos están ubicados en zonas de playa y otro más en los valles de Tlaxcala.
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1. Paradisus Cancún
Paradisus Cancún es un resort de lujo que ha enterrado el viejo concepto “todo incluido” para consentir al huésped con su renovado servicio de concierge personal y el cuidadoso manejo que brindan a su concepto gastronómico de primer nivel, mismo que denominan de ‘ultra-avanzado’, pues su menú está compuesto por creaciones de autor exquisitas y refinadas que parten de la inspiración de los mejores chefs del mundo. La arquitectura de este complejo recrea cinco pirámides de 678 suites inspiradas en la cultura maya, cada una adornada con toques prehispánicos vanguardistas y decoradas con plantas naturales que dan la sensación de encontrarse en una reserva natural.
Erigido sobre una de las más hermosas playas del Caribe, Paradisus ha conquistado a los viajeros más exigentes con su concepto de alta gastronomía y servicio personalizado preferencial. Cuenta con una experiencia gastronómica que representa en sus platillos lo mejor de siete cocinas internacionales. Cada restaurante está distribuido estratégicamente a lo largo del resort con el objetivo de hacerse notar "a primera vista" y tiene el compromiso de ofrecer a los huéspedes un programa culinario de alta calidad en el que se brindan diferentes opciones gastronómicas para el gusto de cada comensal:
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Los ingredientes que el chef utiliza para la creación de su menú logran conjugarse entre sí para formar una alquimia de elementos gastronómicos bien balanceados y los platillos se convierten en una obra de arte agradable a la vista. El menú de degustación incluye siete platillos, tres novedosas entradas, dos platillos fuertes y dos postres, todos preparados con exclusivos y frescos ingredientes como: perlitas de hinojo, atún blanco y setas frescas, entre otros. Cada platillo se puede acompañar de un maridaje diseñado a la medida para que la experiencia de degustación se vuelva una explosión de sabor.
2. Hacienda Soltepec
Desde lejos se ve el casco de la hacienda – construida en 1712- que tuvo su máximo esplendor en los siglos XVIII y XIX. Desde su fundación se dedicó a la agricultura, la ganadería y a la elaboración de pulque. El paisaje por sí mismo es seductor, enmarcado por el Popocatépetl, el Iztaccihuatl y la Malinche; huele a hierba mojada, a leña y a guisos cocinándose a fuego lento. Aquí, la protagonista es la cocina, heredada desde tiempos de la Colonia por las cocineras y mayoras tradicionales. Del fogón se desprenden los aromas y colores que se impregnan en los muros y perduran –como huellas imborrables- a través del tiempo.
La riqueza de estas tierras y la fusión de dos culturas –la española y la indígena- crearon una gastronomía rica en ingredientes prehispánicos, en sabores, texturas y aromas que ahora llenan los rincones de la hacienda y atraen a foodies y a sibaritas, como el Filete Meztli o la Pechuga rellena al pulque, una de las creaciones del chef. Aunque fue la More, una de las cocineras tradicionales de la hacienda, quien heredó los secretos de su fogón y creó una variedad de platillos a partir de los ingredientes típicos de la cocina tlaxcalteca como: nopales, gusanos de maguey, escamoles, habas, huitlacoche, hongos silvestres de la Malintzi, pulque, carne de borrego y codorniz, entre muchos otros. Gracias a esta variedad de sabores se crearon platillos como el Salmón Xalapasco, los Camarones a la ollasca, el Filete Soltepec o los tacos de arrachera.
El jardín de la More –inaugurado en 2013- es un espacio cálido, repleto de flores, plantas y enredaderas, ideal para pasar la tarde en compañía de un buen postre o un café de la olla. Como casi todas las haciendas de la región, Soltepec también se dedicaba a la elaboración del pulque y resguarda un antiguo tinacal, por ello, a un lado, se ubica el Museo del Pulque, espacio dedicado a la bebida de los dioses, por lo que aquí se pueden apreciar todos los elementos que se usan para la elaboración de esta producto, desde castañas, ocotes, raspadores y barriles, hasta tinacales. Durante el recorrido también se puede degustar un buen vaso de pulque y comprar alguna pieza de su galería de antigüedades.
3. Ventanas al Paraíso
Los Cabos, en Baja California Sur es uno de los destinos culinarios más interesantes de México. Aquí está un resort que ofrece todo un viaje gastronómico, una experiencia llena de olores, sabores, colores, aromas, texturas y pasiones. En este lugar, los huéspedes descubren platos innovadores con sabores auténticos, creados por los Chefs. El menú del restaurante, de origen local e inspiración mexicana, tiene sus bases tanto en ingredientes locales como en otras regiones de México y refleja un profundo respeto por las técnicas y tradiciones culinarias de México pues, además se basa en recetas familiares y secretos ancestrales. También es conocido por haber acuñado el concepto de Cocina de Baja Mediterránea.
Sofisticados, elegantes y auténticos, los platillos llevan toques decorativos mexicanos y se sirven en una vajilla autóctona pintada a mano para crear todo un viaje gastronómico lleno de satisfacción. Todos los ingredientes que se utilizan en el restaurante provienen de Baja, incluso las frutas y vegetales se cosechan en granjas orgánicas locales o en la huerta que el chef Guisset tiene en el resort, así que todos los insumos son frescos y del día. Su programa gastronómico: A Sense of Taste, el cual ofrece a los huéspedes la oportunidad única de adentrarse en una travesía por las tradiciones culinarias de México para enaltecer la riqueza cultural del país.
En el hotel también se rinde tributo a la cultura del vino que se produce en la región y lo demuestra en su carta de vinos pues la mayoría proviene del Valle de Guadalupe, famoso por producir varietales robustos muy similares a los que se elaboran en Napa, Sonoma o Burdeos. El sommelier de tequila se encarga de hacer una comunión perfecta con los platillos que se sirven en The Restaurant. Y también organizan clases para mostrar la historia de la bebida, su proceso de destilación, sus estándares de certificación y la forma adecuada de beberlo. Está en la Carretera Transpeninsular Km 19.5. Campo De Golf, 23400, San José del Cabo, Baja California Sur.