A ninguna otra bebida en el mundo se le dan besos y no tragos… Así fue mi experiencia más reciente con el legendario mezcal. Y es que mi escapada de esta vez fue a una tierra con una riqueza desconocida para mí: Durango.
En plena luna llena volé pensando encontrar alacranes y desiertos, y cuál fue mi sorpresa al descubrir un verdadero paraíso. No por algo le han compuesto canciones que la representan: “Durango Durango mi tierra querida. Callada y tranquila ciudad colonial. Yo por defenderte daría hasta mi vida. Y por donde vaya te he de recordar”. Y sí… ¿Olvidar? ¡Jamás! En esta región caminada por Pancho Villa, de calles antiguas y paisajes agaveros, me encontré visitando un lugar de leyenda: Uraján de Luna, un hotel de elegantes habitaciones coloniales, ecoaventuras en kayaks y rocas para escalar.
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Su oferta gastronómica es muy especial y, además, produce su propio mezcal llamado: “Cuero viejo”. Y sí, lo sé, la luna me persigue; pero, en este lugar, me envolvió por completo. Comenzando por su manera de hacer mezcal, utilizando los métodos más tradicionales para producir una bebida que te calienta el alma; porque el mezcal es como el amor en cualquier momento es mejor.
Sin embargo, aquí lo importante no es tomarte la bebida, sino bañarte en ella. El spa de Uraján de Luna tiene la mejor experiencia de bienestar que puedas probar hoy. Y es que, bajo la luna llena, te sumerges en unas tinas de madera llenas de mezcal. La técnica consiste en calentarlas con piedras volcánicas, y al meter tu cuerpo y sentir el aroma del mezcal, volar a otra dimensión. Mientras estás en la tina te dan un masaje de hombros y cuero cabelludo, y una mascarilla de arcilla negra de la región que te deja la piel limpia y reluciente.
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Los beneficios de esta mezcaloterapia, como conferir propiedades relajantes que equilibran el Ph e ilumina la piel, son únicos. Además, el tratamiento activa la microcirculación y remueve las células muertas; aporta antioxidantes que ayudan a prevenir el envejecimiento prematuro y refuerza la inmunidad celular. Pero además tienen la más bella ceremonia de temazcal, ese baño ancestral que representa el vientre de la madre, el diálogo íntimo con la tierra, el morir y el renacer.
Como su leyenda lo dice, Uraján de Luna rinde tributo al “ cuero viejo”, que es la expresión que designa a una persona de edad mayor, y que a través de la piel arrugada, nos comparte sus experiencias y nos demuestra su sabiduría.
Durango es tierra de emprendedores y forjadores de destinos. Es el sueño de un paraíso perdido. Es mirar a la luna entre los agaves, y pensar en la magia de la vida y en la fuerza de todo aquello que nos conecta con la naturaleza, nuestra alma y nuestro corazón.