Renata Rojas hizo historia luego de llegar a más de 3 mil metros de profundidad para conocer los restos del Titanic, un sueño que persiguió por 40 años, en los cuales se encontró con varios obstáculos; desde las barreras económicas hasta las de género, pero nada la detuvo.
En ESCAPADA H tuvimos la oportunidad de platicar con Renata Rojas, para que nos contara más sobre cómo el sueño de una niña influenciada por las habilidades de buceo que le enseñó su padre, logró llegar hasta la 'puerta' de James Cameron, y finalmente al fondo del océano para encontrarse cara a cara con uno de los barcos más famosos de la historia: Titanic.
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Renata desde muy pequeña estuvo atraída al océano, ya que su padre era un buceador profesional, quien le enseñó las bellezas del mar y del buceo en Cozumel, México, su país natal. Sin embargo, el sueño del Titanic y la esperanza de ser la primera en encontrarlo nació a partir de una película: 'La última noche del Titanic', una cinta en blanco y negro protagonizada por Kenneth More.
El misterio del transatlántico británico hundido en 1912, -y que para inicios de los 80 nadie había podido encontrar-, movió algo en una pequeña Renata, hasta convertirse en su misión de vida: “yo quiero encontrarlo”. Y pese a todos los obstáculos a los que se tuvo que enfrentar, en julio de 2022, logró su objetivo: ser la primera mujer mexicana en conocer los restos del Titanic.
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"Tener hijos o conocer el Titanic": Renata Rojas
Luego de tener muy claro que su sueño era encontrar el Titanic, todo parecía indicar que algún día lo lograría. Aún siendo muy joven, la familia de Renata decidió mudarse a Estados Unidos, justo cuando se encontraba por decidir cuál sería la carrera que estudiaría y con el objetivo de seguir su pasión optó por Oceanografía. Fue ahí cuando llegó la primera gran noticia, en septiembre de 1985 el mundo se enteró que los restos del Titanic fueron hallados.
En este momento, Renata supo que haría hasta lo imposible por ir a conocer el barco y se puso a investigar dónde se presentarían los especialistas, quienes en ese entonces daban charlas por Estados Unidos sobre el gran descubrimiento, y así pedir que la incluyeran en la siguiente expedición. Sin embargo, se encontraría con el primer obstáculo de género y que la hizo cambiar de carrera.
“Vivía muy cerca de Boston, donde los americanos y franceses, que fueron parte de la expedición, estaban dando presentaciones y fue cuando viajé para conocerlos y hablar con ellos. Me dijeron que no regresarían al Titanic, que me olvidara de él y que estudiara otra cosa porque las niñas no podían estudiar ciencias”
Al escuchar esto, Renata optó por cambiar su carrera de oceanografía a banca, justo a los 18 años de edad, porque no quería pasar por un largo periodo de preparación para hallar otro barco que no fuera el Titanic. Pese a que los expertos dijeron que no regresarían, a los pocos años comenzaron a revelar material del barco y a surgir noticias sobre el regreso de los investigadores; fue ahí cuando Renata no pudo soltar por completo su sueño de conocerlo y comenzó a ahorrar para tener la oportunidad de llegar a las profundidades del océano.
“En el 90 yo acababa de terminar la carrera en banca. Yo tenía deudas porque pagué la universidad. Así me la pasé años, donde las decisiones de comprar un coche o comprar una casa, no las realicé. Llegó un momento donde literalmente, uno toma la decisión de si quieres tener hijos o quieres ir al Titanic”
James Cameron y el New York Times, el camino hacia el Titanic
Cuando Renata Rojas estaba por graduarse de su carrera en banca se enteró que aquellos científicos que le dijeron que no regresarían lo hicieron, así que no era viable regresar a estudiar Oceanografía, por lo que comenzó a buscar otras opciones para conocer el Titanic, sin necesariamente ser una investigadora. Dos años después de que se descubrió el Titanic vio que William Buckley, del New York Times, salió de un sumergible, y no precisamente era científico; fue aquí cuando Renata vio la posibilidad de conocer los restos del Titanic de otra forma.
La mexicana comenzó a investigar, a conocer gente en periódicos, revistas, científicos, todos aquellos que estaban involucrados en estas expediciones.
“La pasión de querer ir me hizo conocer a gente que no conoces en periódicos, etcétera; incluyendo a William Buckley. A gente que estaba involucrada en estas investigaciones, que iba a universidades a dar presentaciones. Yo iba y me presentaba para decirles que quería formar parte de estas expediciones”.
La perseverancia por lograr su sueño la hizo tocar varias puertas, incluso con el director James Cameron para decirle que quería conocer el Titanic. Aunque le tomó tiempo ver la cinta taquillera, porque pensó que el director no tomaba con seriedad el tema, pero al verla se dio cuenta de lo contrario, pues noto que es “otra persona obsesionada con el Titanic y quiere hacer el honor de dar la historia correcta”.
“El amor de querer conocer el Titanic, conocer gente, coleccionando cosas, libros, artículos, etc. Fui conociendo a bastante gente que estaba vinculada con el Titanic. Mi hobbie era buscar dónde era la siguiente charla para ir a buscarlos”.
Después de 40 años el sueño se cumplió
Después de varios intentos de contactar a gente involucrada con las expediciones, y abrirse paso entre todas las barreras, Renata Rojas por fin logró contactarse con Ocean Gate, quienes estaban creando un sumergible que lograra llegar a las profundidades del Titanic. En este momento se involucró con la expedición al 100 por ciento como colaboradora, donde los objetivos es ser parte integral de la investigaciones; desde cómo crear un mapa, ver las estalactitas que se van formando en el barco, la flora y fauna que existe en los alrededores, hasta clases para pilotar el sumergible.
“No me siento una turista, más bien un fundador de una expedición científica. Donde si quieres ser turista y no participar en nada lo puedes hacer, pero Ocean Gate promueve una expedición, una oportunidad en la que puedes formar parte de cualquier equipo que quieras; desde tomar fotos, videos, artículos, o participar en lo operacional, o en lo científico. Yo estoy aprendiendo a manejar el sumergible y espero que pronto lo pueda hacer bien.”
Después de muchos años, y tras haber ahorrado 100 mil dólares, el pasado 19 de julio Renata Rojas bajó más de 3 mil pies de profundidad para encontrarse con el Titanic, así que fue inevitable cuestionarla sobre cuál fue su impresión al ver los restos de la proa del trasatlántico.
“Mi reacción fue decir ‘wow’, quedé impactada con el tamaño, por lo bien que se ve, de lo grandioso. Para mí el Titanic era una leyenda que no existía. Al verlo tan cerca fue impresionante”.
2022, el año en que las mexicanas hacen historia
Después de convertirse en una de las solo 14 mujeres que han bajado a conocer el Titanic, el siguiente paso para Renata Rojas es volver a las profundidades para seguir investigando, tanto así que durante su experiencia aprovechó la oportunidad para ir aprendiendo a manejar el sumergible de Ocean Gate, para convertirse en la primera mujer piloto en liderar una expedición. De nueva cuenta la mexicana comienza a ahorrar para estudiar el increíble barco, donde espera que también al aprender a manejar el sumergible pueda tener un precio más accesible en la expedición.
“Estoy aprendiendo a manejar el sumergible. Me quieren convertir en piloto, ojalá pueda lograrlo, pero me están enseñando”.
Sin duda el 2022 ha marcado un año histórico para las mujeres mexicanas, ya que Renata Rojas llegó a lo más profundo del mar, pero el pasado 4 de junio, Katy Echazarreta, también fue la primera mujer mexicana en viajar al espacio. Algo que sin duda demuestra que los sueños se cumplen y que cada vez las oportunidades para las mujeres se van abriendo, desde las profundidades del mar, hasta el espacio.