En el vibrante mes de noviembre, el Black Friday emerge como un evento trascendental en la cultura estadounidense, marcando el inicio de la frenética temporada de compras navideñas. Este fenómeno, que ha trascendido fronteras, tiene sus raíces en el ajetreo de las calles y la euforia del consumismo. Conocer el origen de esta fecha es como embarcarse en un viaje temporal que nos transporta a la década de 1950 cuando los comerciantes comenzaron esta importante tradición.
Desde sus modestos comienzos, el Black Friday ha evolucionado hasta convertirse en un fenómeno global que trasciende las fronteras estadounidenses. Hoy en día, la fecha no sólo representa ofertas y descuentos tentadores, sino que también simboliza el comienzo oficial de la temporada festiva. La esencia del Black Friday se ha entrelazado con la cultura de las compras, transformándose en un evento que no solo impulsa las ventas, sino que también crea una sensación de anticipación y emoción entre los consumidores de todo el mundo.
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¿Cuál es la historia del Black Friday en Estados Unidos?
Cada año, miles de personas planifican sus escapadas a Estados Unidos de fin de semana alrededor de esta fecha, aprovechando no solo los descuentos en productos deseados, sino también la oportunidad de experimentar la energía y la atmósfera única que rodea este evento. Las ciudades se transforman en destinos irresistibles para aquellos que buscan no solo productos asequibles, sino también una experiencia de compras inigualable.
El Black Friday empezó en la década de 1950 en Filadelfia, decenas de compradores de los suburbios llegaron a la ciudad durante los días posteriores al Día de Acción de Gracias, según Bonnie Taylor-Blake, investigadora de neurociencias de la Universidad de Carolina del Norte. La ciudad impulsó grandes ofertas y decoraciones, antes de un partido de fútbol entre el Ejército y la Marina, que tuvo lugar el sábado.
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De acuerdo a los expertos se requirió que los policías de tránsito trabajaran turnos de 12 horas, nadie podía salir y la gente inundó las aceras, estacionamientos y calles, la policía tuvo que lidiar con todo eso y acuñó el término que hace referencia a las largas filas y el caos de las compras. En 1961, se propuso la idea de cambiar el nombre de las vacaciones al “Gran Viernes” (Big Friday) para que uno de los días más grandes en las compras no tuviera una connotación negativa. Pero eso no tuvo éxito. Con el tiempo, los minoristas aprendieron a adoptar el nombre e incluso extendieron el evento de compras de un día.
Esta fecha ha trascendido su función original de simple día de compras para convertirse en un verdadero ritual cultural. La fecha no sólo representa una oportunidad para adquirir productos a precios reducidos, sino que también sirve como un recordatorio del espíritu festivo que impulsa la temporada navideña. Además, el Black Friday ha logrado consolidarse como un fenómeno que va más allá de las transacciones comerciales, marcando el inicio de la temporada navideña con un festín de ofertas y la promesa de un mes lleno de celebraciones.
El Black Friday es más que una simple jornada de compras; es un viaje en el tiempo que nos conecta con las raíces de una tradición que ha perdurado y evolucionado a lo largo de las décadas. Desde su origen en las calles de Filadelfia hasta su estatus actual como fenómeno global, el Black Friday representa la fusión única entre el turismo, el comercio y la cultura festiva. Así, mientras nos sumergimos en las ofertas y descuentos del Black Friday, también celebramos la rica historia y el impacto cultural de esta fecha emblemática.