El compromiso con el medio ambiente es uno de los aspectos principales en los que se han enfocado las autoridades con miras a establecer un sistema de transporte verde y amigable con el medio ambiente a mediano y largo plazo, lo que sin duda representa una gran reto, pero también avances significativos en el cuidado del entorno, y con ello, buscar dejar atrás los efectos del cambio climático, con medidas sustentables.
Hoy lunes 9 de septiembre, se conmemora el Día Mundial del Vehículo Eléctrico, fecha que tiene como objetivo crear conciencia e impulsar el uso de automóviles amigables con el medio ambiente, esfuerzos que representan pasos tienes para avanzar hacia un futuro más limpio, sostenible y responsable con el medio ambiente, por lo que la capital, desde hace algunos años, ha tomado medidas en la búsqueda de recibir las emisiones de contaminantes en sus conexiones viajeras.
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Actualmente la Ciudad de México ha establecido diversos medios de transporte eléctricos, con los que mantiene el compromiso de mitigar los contaminantes que emiten los vehículos tradicionales, es por ello que, hasta ahora hay unidades 100% eléctricas en el trolebús elevado, en el Metrobús de la Ciudad de México, así como muy pronto dieran activar unidades en servicio de RTP de la capital, para buscar una conexión viajera más amigable con el medio ambiente.
Estos esfuerzos tienen el objetivo de reducir contaminantes por medio del uso de tecnologías eléctricas en el sistema de transporte; lo que podrá traducirse en un menor costo de mantenimiento se las nuevas unidades que funcionan con electricidad; además de ser un transporte más cómodo y silencioso que ayuda al traslado y reducción de contaminación auditiva, lo que también puede ayudar a tener una red eléctrica más eficiente en toda la capital del país.
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Si bien es cierto que la luz que usan estos transportes se crea en una planta junto a la que alimenta toda la capital, los esfuerzos en dejar atrás los combustibles fósiles pueden ser una gran opción, a mediano y largo plazo, para que los transportes ecológicos sean lo suficientemente autónomos para que, en un futuro, se alimenten de otros tipos de energía y lo hagan de una manera más eficiente que cumpla con los objetivos completos y necesarios para el cuidado del medio ambiente.