Si hay un director estadounidense que construyó una estética admirada, una narrativa poderosa, historias cargadas de valor y una complejidad única, ese es David Lynch. Reconocido por su habilidad para explorar temas oscuros y profundos, Lynch dejó una huella imborrable en el cine con obras que abarcan desde clásicos del body horror como Eraserhead, hasta críticas sociales impactantes como The Elephant Man.
Además, reinventó géneros como el thriller psicológico y el drama con Blue Velvet y desafió las formas narrativas tradicionales con películas como Mulholland Drive. Este 16 de enero de 2025, Lynch falleció a los 78 años, una noticia que ha conmocionado profundamente a los amantes del cine en todo el mundo.
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Hoy, en honor a su legado como creador y su relevancia en la historia de las artes audiovisuales, recordamos su paso por México durante la filmación de su versión de Dune, un clásico que recientemente ha tenido una nueva adaptación protagonizada por Timothée Chalamet, pero cuya interpretación por parte de Lynch también es considerada un referente del cine.
La Dune de David Lynch es una película de 1984 protagonizada por Kyle MacLachlan en el papel de Paul Atreides, y es reconocida como un hito en el cine de ciencia ficción. La historia, basada en la novela homónima de Frank Herbert, pertenece a una saga literaria que explora temas como el poder, la ecología y la supervivencia.
Dune de David Lynch y su paso por México
Uno de los mundos más icónicos de la narrativa de Dune es Arrakis, un planeta desértico cubierto de dunas, donde el agua es un bien escaso y prácticamente una fantasía para sus habitantes. La película de Lynch fue filmada en México, utilizando como locaciones los Estudios Churubusco en la Ciudad de México y las Dunas de Samalayuca en Chihuahua.
Esta producción marcó un punto importante en la carrera de Lynch, ya que fue su primera película a color, filmada en la década de 1980, cuando comenzaba a consolidarse como una figura clave en el cine y a desarrollar su estilo distintivo. En Chihuahua, quedaron recuerdos imborrables de la época en que Lynch filmó una de las películas más importantes del género de ciencia ficción en el país.
Las Dunas de Samalayuca, ubicadas en el municipio de Juárez, son conocidas por su fina arena de sílice, que encajó perfectamente con las necesidades visuales y narrativas de la historia. Este escenario natural también ha sido utilizado en otras producciones cinematográficas destacadas como Simón del Desierto, Conan el Destructor y El Topo. El legado de Dune no solo radica en su aporte al género, sino también en cómo refleja el estilo visionario de Lynch, quien logró plasmar un universo complejo y fascinante que sigue siendo objeto de análisis y admiración hasta el día de hoy.