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Eduardo dos Santos: La ciudad donde nació este ídolo del fútbol

Conocido también como Edú Manga, creció en una hermosa ciudad que influyó en su estilo único y en su carrera internacional

Edú Manga.Edú Manga y la ciudad que lo vio nacerCréditos: Eduardo Antônio dos Santos/ SE Palmeiras/ Pexels
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La noticia del fallecimiento de Eduardo Antônio dos Santos, conocido como Edú Manga, ha conmovido a miles de aficionados que lo vieron hacer magia en la cancha. Con su estilo elegante, asistencias inolvidables y momentos que marcaron época en el fútbol latinoamericano, Edú dejó recuerdos que seguirán vivos en quienes lo admiraron. Más allá de sus jugadas, su nombre está ligado a un lugar muy especial: la ciudad que lo vio nacer.

Hablar de Edú es hablar de un futbolista que cruzó fronteras. Desde Brasil hasta México, pasando por Chile, Ecuador, Japón y España, siempre fue capaz de dejar una huella con su calidad y visión de juego. Fue figura en el Palmeiras, ídolo del América, y parte de la selección brasileña en la Copa América de 1987. Su vida estuvo marcada por goles, estrategia y ovaciones, pero también por un origen que lo conectaba con una ciudad bellísima.

Ese origen está en Osasco, un municipio del estado de São Paulo, donde nació el 2 de febrero de 1967. Allí comenzó a soñar con un balón, a forjarse entre canchas escolares. Recordar su ciudad natal es entender el entorno que lo moldeó como persona y como atleta.

Hoy, con su reciente partida, recorrer Osasco es también una forma de honrarlo. Es mirar las calles, los parques y los rincones de la ciudad donde alguna vez corrió siendo niño, sin saber que terminaría haciendo su magia en estadios de todo el mundo, dejando ecos con su memorable técnica y pasión.

Osasco: La ciudad natal de Edú Manga

Osasco es una ciudad reconocida como una de las más importantes del estado de São Paulo por su desarrollo y su gente. Pasear por el Calçadão, uno de los centros comerciales más concurridos de América Latina, es entrar en un espacio urbano donde conviven miles de historias..

El municipio también tiene rincones verdes muy bellos, como el Parque Ecológico Dionísio Alvarez Mateos o el Pet Parque Municipal. Estos lugares, pensados para caminar, entrenar y convivir, son un reflejo del espíritu activo de la ciudad. Quizás no sea casualidad que de un entorno así surgiera un deportista de tanta disciplina y entrega.

La vida cultural de Osasco se hace presente en sus teatros, como el Municipal y el Espaço Grande Otello, y en sus museos, entre ellos el Dimitri Sensaud de Lavaud. Este último conserva parte de la historia de la aviación brasileña, recordando que la ciudad siempre ha tenido hijos que sueñan alto. Edú, con su carrera internacional, fue otro de esos soñadores que alcanzó alturas impensadas.

No se puede hablar de Osasco sin mencionar sus curiosidades: es conocida como la “capital do cachorro-quente” por la gran cantidad de puestos de hot dogs en sus calles. Un detalle que conecta con su esencia popular y cercana, esa misma sencillez que también transmitía Edú cuando, a pesar de sus triunfos, seguía siendo recordado como un hombre humilde.

Cada esquina, cada mural y cada espacio cultural tiene un eco de lo que significa ser osasquense: trabajar, soñar y trabajar para cumplir esos sueños. Y entre esas huellas, siempre estará la de Eduardo dos Santos, el ídolo que convirtió a su ciudad natal en parte inseparable de su legado.