Durante uno de los puntos más álgidos de la Guerra Fría, el espacio se convirtió en una frontera que se convirtió en un símbolo de poder para aquella potencia que lograra alcanzarla antes que nadie, lo que no sólo significaba un gran poderío en la naciente era espacial, sino que también otorgaría un reconocimiento a nivel mundial.
Fue precisamente un 3 de noviembre pero de 1957 en que el conteo regresivo detuvo los corazones de millones de personas en La Unión Soviética. Al eco silente que dejó el número cero del conteo le siguió el poderoso estruendo de las turbinas de propulsión impulsando al Sputnik número 2, aquella noche en que un segundo objeto hecho por el hombre podría orbitar nuestro planeta.
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La perrita Laika, ajena a cualquier enfrentamiento global, carrera espacial u orgullo nacionalista, se convirtió en el primer mamífero en salir de la órbita espacial, marcando así un hito en este nuevo paso que daba la humanidad en su carrera de conquistar el espacio exterior, por lo que a ella y a esta misión se le recuerda como los pioneros que marcaron un antes y un después en estos viajes.
Laika, la primera perrita en órbita
Diversas teorías señalan que Laika ingresó al programa espacial de La Unión soviética, junto a otras perritas de la calle, acostumbradas a la soledad y al frío, aspectos que eran entre los más buscados por los encargados del programa espacial soviético, que habían preparado un viaje para un perrito, a bordo de una nave que pudiera orbitar la Tierra.
Luego de pasar una infinidad de pruebas, Laika fue elegida para estar con que ve esta importante misión, un viaje que no sólo pasaría a la posteridad, sino que se mantendría en la mente de muchos, pues existen diferentes versiones sobre el destino de esta perrita, el primer mamífero en salir y orbitar la tierra.
De acuerdo dio eso señalamientos se dice que la proyección de vida de Laika en el espacio sería que podría sobrevivir entre 9 y 10 días gracias a una máquina que le abastecería del oxígeno necesario, aunque al final del viaje laica no pudo ver de nuevo su planeta, muriendo en el espacio exterior, siendo quizá también el primer mamífero en fallecer en estas condiciones.
Aunque la versión oficial que circuló durante varios años señalaba que Laika había muerto al noveno día de orbitar la Tierra, otros aseguran que la verdad es que si bien esta perrita sobrevivió al inicio del viaje, no pudo soportar cuando la temperatura aumentó de golpe y alcanzó una intensidad que le llevó a sucumbir de golpe.
No cabe duda que Laika se convirtió en una heroína, y aunque se mantiene en el inconsciente colectivo de la humanidad, y aunque es muy probable que sin sus importantes aportes las misiones espaciales serían distintos, no estamos seguros de que su vida valiera el poder orbitar la Tierra en medio de un conflicto bélico.