Si tienes un vuelo desde el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), podrías coincidir con un simulacro de "accidente de aeronave" a escala real. El más reciente se llevó a cabo el 28 de febrero a las 10:30 horas. Aunque su desarrollo no afectó las operaciones del aeropuerto, sorprendió a muchos viajeros, quienes se preguntaron sobre el propósito de este tipo de ejercicios.
No es la primera vez que se realiza y forma parte del compromiso con la seguridad en el aeropuerto más transitado del país, por el que pasaron más de 45 millones de pasajeros solo en 2024. El simulacro fue organizado por la Secretaría de Marina, el AICM, la Agencia Federal de Aviación Civil y Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (SENEAM). Su objetivo es cumplir con las obligaciones establecidas en la Ley de Aviación Civil y garantizar que el personal esté preparado para responder ante emergencias aéreas.
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Durante estos ejercicios se recrean distintos escenarios de accidentes, como incendios en el tren principal o fallas que obligan a aterrizajes de emergencia. José Ramón Rivera Parga, director general del AICM, explicó que la Norma Oficial Mexicana 064 establece la realización de al menos un simulacro al año, siguiendo los estándares internacionales en seguridad aérea.
Estos ensayos permiten evaluar la eficacia de los protocolos de emergencia, la rapidez de respuesta de las autoridades y la coordinación entre los equipos de rescate y las aerolíneas. La meta es optimizar los tiempos de reacción y minimizar el riesgo de víctimas fatales en caso de un accidente real.
Simulacros en el AICM: Preparación para emergencias aéreas
Este fue el primer simulacro del año y, aunque no se ha especificado cuántos más se llevarán a cabo, se suma a los esfuerzos del AICM por mantener altos estándares de seguridad. Recientemente, el aeropuerto fue reconocido por Cirium, empresa especializada en inteligencia de datos para la aviación, como el tercer aeropuerto más puntual del mundo en 2024.
Durante estos ejercicios, la aeronave seleccionada se comunica con la torre de control, que a su vez alerta a los servicios de emergencia según el tipo de incidente simulado. Se emiten instrucciones al piloto y la tripulación, mientras que bomberos, paramédicos y fuerzas de seguridad se movilizan para atender la emergencia.
Decenas de voluntarios participan en estos simulacros, desempeñando distintos roles para hacerlos más realistas. Su colaboración permite evaluar la eficiencia de los protocolos y detectar áreas de mejora en los procedimientos de evacuación y rescate. Ejercicios como este refuerzan la preparación del personal aeroportuario y de emergencia, sumando esfuerzos a la seguridad de millones de pasajeros.