Cada 31 de mayo se celebra el Día Internacional del Tripulante de Cabina, una fecha dedicada a esas personas que no solo te dan la bienvenida con una sonrisa, sino que también están preparadas para todo tipo de situaciones allá arriba. Desde una turbulencia molesta hasta una emergencia médica, ellas y ellos están entrenados para mantener la calma cuando todos los demás están apretando el cinturón y rezando. El día se eligió en honor a Ellen Church, considerada la primera tripulante de cabina de la historia.
Ser tripulante no es solo saber cómo repartir el carrito de las bebidas sin atropellar rodillas. Detrás de cada vuelo hay personas que se preparan durante meses o años para poder estar en esa posición. No importa si tú solo piensas en qué película ver a bordo, ellos ya tienen memorizado qué hacer si el avión aterriza de emergencia, si hay fuego o si alguien necesita primeros auxilios.
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La preparación para convertirse en sobrecargo es muy importante. Hay que pasar cursos oficiales, exámenes, y obtener licencias que solo las autoridades aeronáuticas pueden otorgar. Dependiendo del país y de la aerolínea, los requisitos cambian, pero todos coinciden en una cosa: si no estás listo para reaccionar en una situación de riesgo, mejor busca otro trabajo más tranquilo. Además, debes conocer a fondo el avión en el que trabajas.
Antes de que el avión despegue y tú pongas el modo avión, el equipo ya tuvo una junta previa donde revisaron si alguien lleva oxígeno portátil, si el clima es favorable o si hay bebés a bordo. Este tipo de información les permite anticiparse y adaptarse durante el vuelo. No es solo “bienvenidos a bordo”, es logística y coordinación.
¿Qué se necesita para ser sobrecargo en México?
Para ser sobrecargo o tripulante de cabina en México, debes ser mayor de edad (mínimo 18, aunque algunas aerolíneas piden 21), tener por lo menos estudios de preparatoria y, dependiendo del caso, formación técnica o universitaria. Cada vez más escuelas están lanzando carreras específicas para esta profesión. También necesitas dominar al menos dos idiomas, y tener la condición física para pasar horas de pie, cargar cosas pesadas, y ayudar a pasajeros con todo tipo de necesidades.
Además del entrenamiento físico, hay cursos de seguridad que no son opcionales. Las aerolíneas te preparan en evacuaciones, control de incendios y manejo de crisis. A eso súmale exámenes médicos que van desde pruebas de vista hasta chequeos más exhaustivos, porque necesitas estar en buena forma. Ah, y si es tu primer trabajo, lo más probable es que te pidan experiencia previa en atención al cliente.
Pero ahí no termina todo. También tienes que tramitar una licencia específica para poder ejercer como sobrecargo en México. Esta es emitida por la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, y sí, tiene su propio proceso y requisitos. Sin ese documento, no hay uniforme que valga.
Ya en el aire, la rutina incluye desde asistir a juntas previas al vuelo hasta revisar cada rincón de la cabina. Sirven comida, ayudan con el equipaje y se aseguran de que todos estén siguiendo las reglas. También redactan reportes de todo lo que sucedió durante el trayecto.
¿Cuál es la diferencia entre azafata y sobrecargo?
Sobrecargo, tripulante de cabina, azafata y aeromoza suelen usarse como sinónimos, pero no significan exactamente lo mismo ni todos los términos son adecuados. Las palabras “azafata” y “aeromoza” han quedado en desuso porque refieren erróneamente a una profesión exclusivamente femenina y porque se asocian con labores que no reflejan la preparación ni las funciones reales del puesto. El término correcto es Tripulante de Cabina de Pasajeros (TCP), aunque también es aceptado decir sobrecargo de aviación, que describe de forma precisa esta profesión.