¡Imagínate estar de vacaciones en Puerto Vallarta, con tu coco bien frío y los pies en la arena, y de repente… un cocodrilo! Esto ocurrió recientemente en el paraíso jalisciense. Un cocodrilo de buen tamaño decidió pasearse tranquilamente entre los turistas en la playa del Holi. Así, sin avisar, caminó desde la zona hotelera hasta el mar, con toda la calma del mundo.
Lejos de entrar en pánico, varios turistas sacaron sus celulares para grabar el momento. ¿Huir? ¿Correr? ¿Pedir ayuda? Nada de eso. Algunos incluso se acercaron más para tener mejor ángulo. Y aunque el reptil no mostró señales de agresividad, el peligro es muy grande. Puede parecer relajado, pero si se siente amenazado, reacciona en segundos.
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Este tipo de encuentros no son tan raros como crees. Puerto Vallarta tiene ríos y humedales cerca de la costa, y esos son los hogares naturales de varias especies de cocodrilos. El problema es que, con la urbanización y el crecimiento del turismo, su espacio se achicó. ¿El resultado? A veces aparecen justo donde menos los esperas: entre sombrillas, palapas y castillos de arena.
Además, hay temporadas en que estos animales se mueven más, como durante la sequía o cuando buscan reproducirse. Y si encuentran comida fácil cerca de zonas turísticas —por ejemplo, porque alguien decidió darles de comer—, ya no ven motivo para alejarse. Así empieza el ciclo: regresan porque saben que algo pueden conseguir.
Viajes seguros: qué hacer si hay cocodrilos en tu destino turístico
Respecto al cocodrilo visto en la playa del Holi, no es la primera vez que ocurre algo así. Hace menos de un mes, en esa misma playa, turistas fueron vistos alimentando a un cocodrilo cerca del río Pitillal. Aunque parezca una experiencia salvaje y divertida, los expertos advierten que esto es muy riesgoso. Los cocodrilos no olvidan dónde hay comida, y eso puede hacer que vuelvan una y otra vez.
Si estás planeando visitar playas como las de Vallarta, hay recomendaciones muy simples que pueden evitarte un buen susto. La más básica: mantén tu distancia. Diez metros es lo mínimo recomendado por la CONANP. También evita acercarte de noche, y jamás alimentes a uno, ni siquiera con sobras de pescado. No sabes quién puede estar observando desde el agua.
Y si llegas a ver una cría, mejor vete por otro lado. Puede parecer inofensiva, hasta tierna, pero la mamá está cerca y no está de humor para fotos. Las hembras son extremadamente protectoras, y no dudan en actuar si perciben una amenaza. Así que sí: más vale prevenir que salir en las noticias.
Convivir con la naturaleza no significa invadirla. Un paseo por la playa puede ser maravilloso, pero si ves algo con escamas y muchos dientes, déjalo pasar. Respeta su espacio, toma distancia y guarda el celular. Respecto a lo ocurrido en Jalisco, las autoridades ya están tomando cartas para que no ocurra de forma regular en esa playa.