¿Qué harías si, durante un vuelo, un perrito comenzara a sentirse muy mal y para salvarlo hubiera que desviar el avión, aun cuando eso afectara el itinerario de más de 180 personas? Esa fue la decisión que tuvo que tomar el capitán del vuelo 694 de Delta Airlines, que salió de Detroit rumbo a Los Ángeles en lo que parecía ser un lunes común.
Los pasajeros se preparaban para una tarde de películas y siestas entre nubes. Sin embargo, el trayecto dio un giro inesperado cuando un pequeño perro en la cabina sufrió graves problemas de salud. En pocos minutos, lo que parecía un vuelo común y corriente se transformó en una misión de emergencia a 30 mil pies de altura.
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La situación se tornó crítica y el ambiente en el avión cambió por completo. El dueño del perro no sabía qué hacer y la tripulación buscaba soluciones rápidas. Fue entonces cuando el capitán tomó una decisión que sorprendió a todos: desviar el vuelo hacia Minneapolis para garantizar que el animal recibiera atención inmediata. Sí, 181 personas tendrían que esperar… pero todo por salvar a un perrito.
Entre los pasajeros había un veterinario que no dudó ni un segundo en actuar. Con calma y profesionalismo, estabilizó al perrito mientras el avión descendía. En Minneapolis ya esperaba un equipo especializado para continuar con los cuidados. Apenas abrieron las puertas, el perro y su dueño fueron recibidos. La tripulación y los pasajeros respiraron aliviados al saber que estaba fuera de peligro. Y aunque la demora sería larga, la mayoría coincidieron en que había valido la pena.
Viajes en avión con mascotas
Delta permite que perros pequeños viajen en cabina siempre que cumplan con los requisitos de edad, salud y tamaño para ir en su transportadora. Incluso tienen áreas de descanso para mascotas en la mayoría de los aeropuertos y políticas claras para que los peludos viajen seguros. Así que aquel día, en el vuelo 694, los aplausos no fueron por llegar a tiempo, sino por demostrar que cada pasajero importa.
Volviendo a la historia del perrito; fue hasta después de dos horas y media en tierra, que el avión volvió a despegar rumbo a Los Ángeles. Nadie se quejó, ya que no todos los días se es testigo de una decisión tan humana y generosa en un contexto donde casi siempre manda la prisa.
La historia se viralizó en redes sociales. Una pasajera compartió la experiencia con la frase: “El vuelo se retrasó, pero la humanidad despegó”. Más de 130 mil reacciones y miles de compartidas hicieron eco de lo que pasó. La noticia se convirtió en un recordatorio de que todavía existen gestos capaces de conmovernos e inspirarnos.
Debate por el vuelo que cambió de rumbo para salvar a un perrito
Al principio, algunos dudaron de que fuera real. El texto original parecía escrito por inteligencia artificial y hasta la foto de la pasajera que lo publicó levantó sospechas. Sin embargo, medios como Los Angeles Times y Newsweek confirmaron el hecho, y la propia Delta Airlines aseguró que la seguridad —humana o animal— siempre va primero en sus vuelos.
El capitán, que seguramente tenía mil factores en mente —combustible, logística, tiempos—, decidió dar prioridad a un pequeño ser de cuatro patas. Y esa decisión no solo salvó una vida, también dejó una lección enorme a bordo: cada pasajero, merece atención y cuidado.