Si disfrutas tus viajes en solitario, una vez que experimentes cómo es compartir con una mascota, seguramente ya no los dejarás en casa y explorarán juntos el mundo; esto fue lo que le ocurrió a un joven senderista que encontró a un michi “naranja”.
Una de las tantas historias que podemos encontrar en las redes sociales es la de “Jake”, un joven amante del senderismo que durante una de sus travesías escuchó el débil maullido de un gatito "naranja", al cual por supuesto adoptó y le llamó “Rusty”.
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Así se conocieron Jake y “Rusty”
Quizá es más fácil encontrar gatitos abandonados cerca de las zonas urbanas, sin embargo la historia de Jake y “Rusty” comenzó en un sendero entre la naturaleza mientras el joven practicaba la actividad que tanto disfruta.
En una publicación en las redes sociales podemos conocer cómo ocurrió el momento preciso en el que la vida del joven y la del michi se unieron, y ahora comparten el amor por las montañas.
“Soy Jake, el senderismo es prácticamente mi vida. Un día en el sendero, escuché un maullido débil”; así comienza el relato de esa anécdota que ahora los ha vuelto inseparables. Jake describe que vio al diminuto gatito naranja temblando y tambaleándose lo tomó y el minino se presionó a su mano y posteriormente se sentó junto a la mochila del joven senderista.
“Eso fue todo. Decisión tomada. En casa, le serví leche caliente y le puse una manta. Esa noche ‘Rusty’ se acurrucó a mi lado. Y honestamente nunca se fue.” El tiempo transcurrió y “Rusty” pasó de ser un bebé a un joven y apuesto gato naranja.
“Cuando empacaba para una caminata, se subía a la mochila y se negaba a moverse. Así que compré un pequeño arnés y lo llevé conmigo. Ahora monta en mi hombro en la cima”. Ahora Jake afirma que “Rusty” es más que una mascota; es un verdadero amigo y el mejor compañero de sendero que podría haber soñado.
Seguramente has leído esos comentarios de que los gatos color “naranja” tienen un carácter especial, o si tienes uno de ellos, lo comprobarás; poseen la fama de ser más sociables, curiosos y divertidos, por lo que no es de extrañar que sean excelentes compañeros de viaje como lo es “Rusty”, el senderista.