La naturaleza no deja de sorprendernos, pues en cada rincón del mundo existen millones de lugares majestuosos, sitios que la madre tierra nos ha regalado para disfrutar más de los mejores espectáculos vivos que podemos conocer en cada una de nuestras travesías, impresionantes espacios en los que podemos encontrar paz, tranquilidad, serenidad y una gran variedad de sensaciones únicas que en ocasiones nos es difícil experimentar en lugares comunes o cotidianos.
Es por ello, que como viajeros, siempre estamos en búsqueda de algunos destinos impresionantes que nos den la oportunidad de vivir nuevas emociones, sensaciones y experiencias, encaminadas a las aventuras y los momentos indescriptibles y eso sucede en muchas ocasiones, cuando tenemos la oportunidad de viajar lejos de nuestras ciudades, para mezclarnos por completo en alguna cumbre, montaña o volcán vivo.
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Los volcanes son maravillosos cuerpos montañosos colosales, que en su interior resguardan toda la furia del magma terrestre y que a pesar de ser peligrosos, son encantadores. Lugares donde puedes hacer senderismo de alto nivel y sentir como la vida te maravilla a través de un recorrido por sus cumbres. En esta ocasión, vamos a conocer un majestuoso volcán vivo, que brinda un espectáculo único en su tipo, pues al hacer erupción, segrega lava y luces color azul, que maravillan los sentidos.
Kawah Ijen, el príncipe azul de los volcanes
Pareciera ser que el Kawah Ijen ha sido sacado de un cuento de hadas, para ser considerado como el príncipe azul de los volcanes, pues tiene características muy particulares que lo hacen único. Uno de los más llamativos colosos que se refugian en nuestro planeta y el único que arroja ríos de luces de un color azul vibrante desde su cráter, un maravilloso fenómeno natural que ha dejado impresionados a los científicos que estudian los volcanes para conocer su ciclo de vida.
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Esta formación se localiza en Indonesia, un estratovolcán que se encuentra en la frontera entre Banyuwangi y Bondowoso y que segrega una especie de brillo que surge como consecuencia de la combustión interna de gases sulfúricos que emergen desde el volcán y escapan por las diferentes grietas que se forman en el suelo, a una alta presión y a temperaturas muy elevadas, para formar así estos tonos azules tan singulares, que maravillan a los expertos en la materia, pues se trata de un espectáculo natural muy poco usual, de este cuerpo montañoso.
Al ser expulsados del macizo y alcanzar los 600 grados Celcius de temperatura, los gases chocan con las condiciones atmosféricas y reaccionan en forma de llamas que superan los cinco metros de alto, algunos de los vapores se condensan durante este proceso y esto se convierte en líquido sulfuroso que escurre por las laderas de la montaña, formando así, los particulares ríos de fuego azul que caracterizan a este volcán. Además, cuando sus gases son expulsados, se enfrían y depositan azufre en estado sólido en sus alrededores.
Es gracias a estas expulsiones de azufre, que los lugareños han encontrado una buena fuente de ingresos, pues los mineros de la zona venden estos fragmentos minerales arrojados por el volcán, a las personas que vienen de visita a esta región y el material extraído también se usa para la producción de medicinas y azúcares, haciendo de este elemento, un material muy valioso para algunas farmacéuticas y algunos laboratorios transnacionales, quienes usan este maravilloso fenómeno natural para obtener sus recursos y producir sus medicamentos o vacunas.