Uno de los lugares más enigmáticos de Hidalgo es la hacienda San Antonio Regla que fue inundada bajo las aguas de la presa del mismo nombre. Este enigmático lugar se encuentra en Huasca de Ocampo, en Hidalgo, consideradas una de las 13 Maravillas Naturales de México. Ahí, en ese paisaje exuberante fue donde Pedro Romero de Terreros conocido como el Conde de Regla edificó, entre 1760 y 1762, cuatro haciendas de beneficio: Francisco Javier, San Miguel Regla, Santa María Regla y San Antonio Regla
Una de ellas, era la hacienda de San Antonio Regla, que, junto a las otras tres producían la mayor cantidad de oro y plata en México y que era llevada a España. Este sitio era conocido por sus grandes bóvedas, túneles y muros gruesos que también fueron testigo de la esclavitud en la que vivían cientos de trabajadores que pasaron por sus puertas. Hacia 1912 se tuvo la idea de hacer una presa para abastecer de agua a la región y en 1915 la hacienda quedó inundada bajo el agua.
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Cómo era antes la Hacienda de San Antonio Regla
Ubicada en Huasca de Ocampo la Hacienda de San Antonio Regla fue una hacienda de beneficio en la que se procesaba y limpiaba con cianuro, el oro y la plata que eran extraídos de las minas de la región. Ahí los trabajadores vivían en condiciones de esclavitud pues trabajaban en condiciones inhumanas. Además los gases que despedía el cianuro los envenenaba de a poco hasta que morían por su mal estado de salud.
En la hacienda imperó la Tienda de Raya, en la que las deudas adquiridas de los trabajadores pasaban de generación en generación a sus hijos y todos sus descendientes pues los pagos se volvían imposibles por los altos intereses que se les cobraban. Hoy, de la Hacienda de San Antonio Regla solo queda el chacuaco (la chimenea) y una torre que se pueden apreciar desde lo lejos. El resto de la construcción permanece bajo las aguas de la presa San Antonio, desde 1915.
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Cómo es ahora la Hacienda de San Antonio Regla
Actualmente, San Antonio Regla solo se puede visitar a bordo de una lancha que recorre la presa. Para visitarla debes ir al muelle que está junto a la entrada de los prismas basálticos. En los alrededores de esta presa se pueden hacer paseos en caballo o en bicicleta, además hay una tirolesa que cruza de un extremo a otro. El precio del recorrido en lancha es de 350 pesos por lancha (por 8 o 9 personas).
La presa tiene una profundidad de entre 12 y 15 metros y una extensión de 4.5 kilómetros dentro de un paisaje de oyameles. A un lado de la presa se levanta el majestuoso Cañón de San Antonio, creado por la erosión natural, es un lugar perfecto para practicar el senderismo, además de observar la flora y la fauna. Algunos acuden aquí para observar la silueta de una virgen de piedra. También se puede hacer senderismo y practicar rappel en sus paredes. No olvides visitar los Prismas Basálticos que se bañan con las aguas de la presa.