Las regiones de Alsacia, Provenza, Champagne, Borgoña y el Valle del Loira resguardan los mejores vinos del mundo, aunque sin duda Champagne, a dos horas al este de París, es una ruta que todo amante del vino debe hacer pues presume pequeños pueblos llenos de encanto, bodegas que protegen los secretos detrás de la elaboración de los vinos espumosos y paisajes naturales que roban el aliento y nos remiten a otra época.
Aquí, en la región que da nombre a la bebida francesa más sensual se encuentran algunas de las bodegas más famosas del mundo y en las que no pueden faltar caminatas y recorridos por los terruños repletos de diferentes tipos de uvas. Un enólogo es quien te llevará de la mano para que descubras por ti mismo este fascinante mundo en uno de los lugares más bellos de Europa y del mundo entero.
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Qué hacer en Champagne
La primera parada comienza en Epernay la capital de la champaña, donde se pueden visitar las cavas bajo tierra y las bodegas milenarias de marcas reconocidas a nivel mundial y en las que se puede realizar, de la mano de un sommelier, una cata para descubrir los sabores, texturas, olores y demás secretos detrás de esta bebida que no puede faltar en celebraciones y festejos, todo en medio de paisajes sublimes cubiertos de vides.
Otro punto del recorrido es Reims, el tercer productor de champán a nivel mundial y que acoge una casona de 1827 ubicada en el centro de la ciudad. Este lugar ofrece visitas guiadas por sus bodegas y cavas que protegen unas 25 millones de botellas. Aquí es obligatorio probar las galletas rosas de la emblemática pastelería Waïda, especializada en este dulce tradicional que se degusta con champán.
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Hautvillers, es la siguiente parada del recorrido donde se encuentran 110 km de bodegas subterráneas que fueron excavadas en el siglo XVIII, entre estos pasillos se cuenta que fue el monje Dom Pierre Pérignon quien inventó esta bebida mítica a finales del siglo XVI. El camino continúa entre viñedos y pueblos llenos de encanto como Riilly-la-Montagne o Mailly-Campagne, en ellos se encuentran diversos parajes con tesoros arquitectónicos como el faro de Verzi que ofrece vistas panorámicas de la región.
Verzi es un pueblo que posee pequeños viñedos y bares íntimos en medio del bosque donde además de champán hay que probar cervezas locales y platillos típicos de la región cuyos sabores contrastan a la perfección con el de esta bebida espumosa. Finalmente hay que ir al Museo de la Vid que exhibe una colección de objetos antiguos utilizados para elaborar esta bebida.