Walt Disney fue un afamado dibujante y emprendedor, así como uno de los “creadores de sueños” más importantes dentro de la historia mundial, que ha cautivado a muchas generaciones. Todo su éxito se debio a los increíbles mundos fantásticos que construyó e historias llenas de personajes emblemáticos, como Mickey Mouse, las princesas, entre otros.
Fue tanto su popularidad que es muy raro que alguien no conozca el emblemático castillo que salía al principio de todas las películas que pertenecen esta empresa cinematográfica o el que se ubica en Disneyland. Pero, ¿ese castillo existe realmente?, ¿o este emblemático sitio fue producto de la gran imaginación que tenía este ilustrador estadounidense? Afortunadamente este sitio sí existe y es conocido como Neuschwanstein, el castillo que conquistó a Walt Disney para crear su marca.
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El Castillo Neuschwanstein se encuentra al suroeste de Alemania, entre un hermoso paisaje boscoso, cerca de las regiones de Baviera y Füssen. En cuanto la construcción de este recinto, se tienen registros de que sucedió en 1869 por órdenes de El rey Luis II de Baviera, quien eligió este sitio por caracterizarse por su ambiente lleno de tranquilidad y solitario.
En lo que respecta a su diseño y arquitectura, el castillo consta de aproximadamente 200 cuartos, en el que sobresalen hermosas estancias como las salas del Trono y de los Cantores. También se pueden apreciar dormitorio real y una capilla, ambos con diseños al estilo neogótico.
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Actualmente Neuschwanstein es uno de los principales atractivos turísticos que posee Alemania, a tal grado de catalogarlo como la Torre Eiffel a Francia y las pirámides a Egipto de esta nación europea. Y se sabe que cada año, este punto es visitado por alrededor de 1.5 millones de turistas, donde se estima que el cincuenta por ciento son personas que vienen de otros países.
¿Cómo fue que Walt Disney se inspiró en este castillo para su marca?
Antes de que Walt Disney construyera su imperio de cuentos de hadas, emprendió un viaje con su esposa a Europa. Y durante su estancia visitaron el Castillo de Neuschwanstein. Fue tanto el asombro por parte de Walt que decidió construir su propia versión de este recinto histórico, que se convertiría en el sello de Disneyland y dentro de sus películas.
Una vez que regresó de ese viaje, Disney comenzó a trabajar en su propia versión de este castillo, tomando como base muchos de sus detalles y características arquitectónicas. Y durante su arduo trabajo de creación, Walt también estuvo haciendo pruebas de los nombres que podría llevar su Castillo, entre los que sobresalieron: el Medieval, el de Fantasyland hasta llegar al que conocemos actualmente: ‘Disneyland’.