El pasado prehispánico de México es maravilloso, pues gracias a la cosmogonía de nuestros ancestros, podemos comprender un poco más sobre la importancia que tienen los elementos de la tierra, así como los diferentes cuerpos celestiales, que juegan un papel muy importante entre la vida de los seres humanos sobre este territorio y los diferentes fenómenos naturales de los cielos, que se conjuntan para dar vida y permitir que disfrutemos de las bondades que se producen y emanan desde las entrañas de nuestra madre.
Toda esta forma tan impresionante de ver la vida por parte de nuestros antepasados, nos ha permitido disfrutar de un mundo lleno de leyendas que se dan en torno a diferentes sucesos naturales, pues en ellas podemos escuchar verdaderas historias magníficas y creativas que le dieron vida a héroes y doncellas del mundo prehispánico, todas envueltas por un pasado glorioso que sobresale en las diferentes regiones del país, entre las paredes de sus zonas arqueológicas o de las entrañas de la tierra en forma de volcanes, pues muchas de estas historias giran en torno a estas formaciones montañosas.
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Como casi todas las leyendas prehispánicas que conocemos, la historia del Teuhtli es una combinación entre esa cosmogonía de las culturas indígenas de México, con las tradiciones cristianas que se dieron después de la conquista, pues nuestros antepasados decían que los volcanes, son los cuerpos petrificados de gigantes que habitaron esta parte del mundo, en el área de Atonatiuh o “Sol de agua”. Otros más dicen que fueron personas a quienes los dioses les concedieron la inmortalidad debido a sus proezas y en esta ocasión vamos a conocer la historia de los inmortales Popocatépetl y su rival de amores Teuhtli.
El triángulo amoroso de los volcanes
El Teuhtli es un volcán extinto de tipo hawaiano y deformación tipo escudo, lo cual quiere decir que su diámetro es mucho mayor que su altura, un coloso que se localiza en los límites de la alcaldía Milpa Alta, Xochimilco y Tláhuac en la CDMX y que está envuelto en una fascinante leyenda que trata sobre un triángulo amoroso, cual telenovela mexicana. Según esta leyenda, Teuhtli era uno de los guerreros más poderosos y en su estilo de pelea se combinaba su fuerza y fiereza, de una forma tal que sus enemigos huían corriendo para no terminar quemados o degollados en el campo de batalla.
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Tezozómoc, señor de los tepanecas, le tenía tanto respeto y admiración a este guerrero, que prometió la mano de su hija Iztaccíhuatl, sin saber que ella, estaba perdidamente enamorada y tenía una historia romántica con Popocatépetl, un guerrero que también era muy poderoso, pero que su fama, no había alcanzado el nivel de la que tenía para ese entonces su rival Teuhtli. La noticia de ese amor llegó rápidamente a Teuhtli, cuyo odio hacia Popocátepetl fue creciendo cada vez más, hasta el momento en que reventó, en un día cuando un extraño enemigo decidió atacar al señorío tepenaca de Azcapotzalco.
Durante esta ardua batalla, ambos se olvidaron por un momento de su rivalidad y decidieron unir sus fuerzas para combatir al enemigo y así, proteger al reino, pues sabían que la victoria no llegaría, a menos que ambos trabajaran en conjunto. Fue así como en un momento decisivo, cuando las tropas tepenacas estaban débiles, Teuhtli le pidió a Popocatépetl que fuera hasta donde se encontraba su amada Iztaccíhuatl y huyera con ella, para salvarla de la derrota que estaba a punto de sufrir su pueblo. El Popo, hace lo que Teutli le ordena y se apresura a llegar hasta donde estaba Izta, dejando que Teuhtli siguiera peleando solo.
El nacimiento de los colosos
Después de encontrarse, Popocatépetl e Iztaccíhuatl siguieron caminando durante dos días, sin parar, para huir de aquella masacre. Pero, en la segunda noche del viaje, Iztaccíhuatl murió en manos de su amado Popocatépetl, quien permaneció a su lado, cuidando de ella hasta el final de sus días. En ese lugar donde falleció Iztaccíhuatl, el Popo espero y espero a su cuidado, hasta que la nieve fue cubriendo poco a poco el cuerpo de ambos, para formar las majestuosas montañas que conocemos hoy en día, maravillosos volcanes que deleitan nuestra vista al recorrer las carreteras que conectan la capital del país con estados como Puebla o el Estado de México.
Por su parte, el guerrero Teuhtli siguió luchando contra sus enemigos con todas sus fuerzas, hasta que fue herido gravemente a muerte. Con las últimas energías que le quedaban, Teuhtli caminó por un gran trayecto, para ver si en el camino podía encontrar a Iztaccíhuatl y a Popocatépetl, pero la muerte lo alcanzó primero a él, antes de que pudiera verlos a ellos. De su cuerpo muerto, brotó un volcán majestuoso y desde su cráter brotan manantiales que nutren desde entonces, las milpas de cultivo que lo rodean y cada temporada de lluvias, algunos vecinos de Milpa Alta se reúnen en torno a la cima de su cráter para pedirle que interceda por ellos y les de agua suficiente para sus cultivos.